martes, 14 de enero de 2014

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 452.-EL JUDÍO ERRANTE (MANUEL QUINTO)

Título: EL JUDÍO ERRANTE
Autor: MANUEL QUINTO
Editorial: LAIA
Trama: A un modesto editor sin apenas trabajo ni ingresos un viejo conocido de su antigua jefa le propone que busque a un profesor que ha desaparecido las últimas semanas de su casa de la costa catalana. Se trata de un trabajo aparentemente sencillo, pero pronto el editor verá que las cosas se complican y que el encargo no es tan inocuo como parecía, sino que puede verse metido en una aventura en la que no controla apenas nada y que puede ser muy peligrosa.
Personajes: Buenaventura Pals, reciente “heredero” y propietario de una editorial en declive, marginal, escéptico y con sentido del humor, que se ve metido en una intriga internacional por exceso de tiempo libre y sin tener mucha idea de lo que está haciendo, Steiner, hombrecillo con aspecto de profesor universitario, simpático y jovial pese a ser de mediana edad, uno de los jefes del Mossad israelí, Ramiro, buscavidas y pintor, que anda a salto de mata y colabora con Buenaventura a regañadientes, esperando sacar algún beneficio económico, Olga, actriz de buen corazón presuntamente dedicada al porno, amiga del científico desaparecido, Charles Vidal. Jefe de una comuna de pintores esotéricos, que cree en su arte y en lo que éste significa, aunque no desdeña utilizar otros medios con tal de sobrevivir.
Aspectos a Destacar: El sentido del humor que recorre la novela, en algunos momentos próximo a la parodia, aunque sin llegar a ella, lo que no impide que trate de un modo acertado y serio en el fondo los problemas vigentes en la época de su escritura y que siguen siendo los problemas de todas las sociedades democráticas e incluso de las que no lo son.

La Frase: Yo había oído hablar del Mossad, el servicio secreto israelí. Pero una cosa era especular sobre ellos y orea muy distinta tenderles la mano. Por el plural no mayestático, sino solidario y eficientes del señor Steiner sospeché, entre pingajos de cordero y buchitos de vino, que estaba hablando con un contacto del Mossad. Un escalofrío en la espalda no supo acallar del todo el orgullo que sentimos los marginales cuando las fuerzas que ordenan el mundo occidental nos abren un resquicio en la puerta de la realidad.

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