La fotografía está sacada de la página web http://www.alhondigabilbao.com/
El pasado domingo, 14 de junio, se clausuró la Feria del Libro de Bilbao 2009. Han sido once días en los que el libro y el mundo que en torno a él se mueve, libreros, distribuidores, editores, escritores y, sobre todo, lectores, ya que sin éstos los anteriores no existirían, ha tomado un merecido protagonismo. Quizás lo ideal sería que ese protagonismo durara todo el año, pero no está mal que al menos durante once días se rinda pleitesía a Su Majestad el Libro.
Este año uno de los patriarcas de las letras vascas, Ramiro Pinilla, fue el encargado de leer el pregón inaugural. Y tras él han sido multitud los actos que se han ido sucediendo, bajo la batuta firme de Asier Muniategi, coordinador y alma mater del evento.
Es difícil decir cuáles han sido los actos más importantes o festejados, ya que siempre nos olvidaremos alguno, pero la exposición dedicada a Mario Benedetti, y sobre todo, la multitudinaria lectura de sus poemas, en la que junto al público en general participaron algunos de los más importantes poetas vascos, tanto en euskera como en castellano, como pueden ser Kirmen Uribe o José Fernández de la Sota, fue sin lugar a dudas uno de los más importantes. Y ya que hablamos de poesía no podemos dejar de mencionar el merecido homenaje efectuado a la revista “Zurgai”, que bajo la dirección de Pablo González de Langarika se ha convertido en una publicación imprescindible para los que aman la poesía.
Stieg Larsson, cómo no, y Toti Martínez de Lezea, han sido, según se dice por las casetas, los auténticos best-sellers de la Feria. El escritor sueco en el género negro y la narradora vasca en el histórico han sabido llegar al público con sus novelas y su destreza en el manejo de los citados géneros, que también tuvieron su celebración particular, el histórico con una mesa redonda en la que participaron la propia Toti Martínez de Lezea, Ángeles Irisarri, José Luis Urrutia y Félix G. Madroño, y el negro en otra en la que participaron Cristina Fallarás, Carlos Salem, Willy Uribe y su humilde servidor, José Javier Abasolo. Precisamente una obra de género negro, Morto vivace, fue la más vendida el año pasado en euskera, lo que le ha proporcionado a su autor, Jon Arretxe, el Premio Zazpikale de la Feria. En castellano, el que más vendió el año pasado fue Eduardo Mendoza, lo que le ha hecho acreedor a recibir la Pluma de Plata de la Feria.
Y como a leer hay que empezar de pequeños, cuanto antes mejor, el libro infantil y juvenil ha cobrado importancia en la Feria. De nuevo Toti Martínez de Lezea con sus historias de Nur, y Juan Bas, que al alimón con su hija María Bas ha escrito un libro titulado Los desastres de Asier Cabezón que ya ha empezado a arrasar, han sido los triunfadores en este aspecto, aunque en realidad todos, quienes escriben historias capaces de conmover a pequeños y grandes, y quienes se dejan llevar por esas historias, son los auténticos triunfadores de esta feria del libro y de cualquier feria.
El pasado domingo, 14 de junio, se clausuró la Feria del Libro de Bilbao 2009. Han sido once días en los que el libro y el mundo que en torno a él se mueve, libreros, distribuidores, editores, escritores y, sobre todo, lectores, ya que sin éstos los anteriores no existirían, ha tomado un merecido protagonismo. Quizás lo ideal sería que ese protagonismo durara todo el año, pero no está mal que al menos durante once días se rinda pleitesía a Su Majestad el Libro.
Este año uno de los patriarcas de las letras vascas, Ramiro Pinilla, fue el encargado de leer el pregón inaugural. Y tras él han sido multitud los actos que se han ido sucediendo, bajo la batuta firme de Asier Muniategi, coordinador y alma mater del evento.
Es difícil decir cuáles han sido los actos más importantes o festejados, ya que siempre nos olvidaremos alguno, pero la exposición dedicada a Mario Benedetti, y sobre todo, la multitudinaria lectura de sus poemas, en la que junto al público en general participaron algunos de los más importantes poetas vascos, tanto en euskera como en castellano, como pueden ser Kirmen Uribe o José Fernández de la Sota, fue sin lugar a dudas uno de los más importantes. Y ya que hablamos de poesía no podemos dejar de mencionar el merecido homenaje efectuado a la revista “Zurgai”, que bajo la dirección de Pablo González de Langarika se ha convertido en una publicación imprescindible para los que aman la poesía.
Stieg Larsson, cómo no, y Toti Martínez de Lezea, han sido, según se dice por las casetas, los auténticos best-sellers de la Feria. El escritor sueco en el género negro y la narradora vasca en el histórico han sabido llegar al público con sus novelas y su destreza en el manejo de los citados géneros, que también tuvieron su celebración particular, el histórico con una mesa redonda en la que participaron la propia Toti Martínez de Lezea, Ángeles Irisarri, José Luis Urrutia y Félix G. Madroño, y el negro en otra en la que participaron Cristina Fallarás, Carlos Salem, Willy Uribe y su humilde servidor, José Javier Abasolo. Precisamente una obra de género negro, Morto vivace, fue la más vendida el año pasado en euskera, lo que le ha proporcionado a su autor, Jon Arretxe, el Premio Zazpikale de la Feria. En castellano, el que más vendió el año pasado fue Eduardo Mendoza, lo que le ha hecho acreedor a recibir la Pluma de Plata de la Feria.
Y como a leer hay que empezar de pequeños, cuanto antes mejor, el libro infantil y juvenil ha cobrado importancia en la Feria. De nuevo Toti Martínez de Lezea con sus historias de Nur, y Juan Bas, que al alimón con su hija María Bas ha escrito un libro titulado Los desastres de Asier Cabezón que ya ha empezado a arrasar, han sido los triunfadores en este aspecto, aunque en realidad todos, quienes escriben historias capaces de conmover a pequeños y grandes, y quienes se dejan llevar por esas historias, son los auténticos triunfadores de esta feria del libro y de cualquier feria.