Un salvaje
crimen golpea Pasaia cuando solo han pasado dos años de la detención del “Sacamantecas”,
el psicópata que sembró el terror en el pueblo marinero. La elección de la
víctima y el lugar, el solitario faro de la Plata, no parecen fruto del azar.
La inquietante firma que el asesino traza en el cadáver tampoco. Todo apunta a
que ha vuelto a ocurrir.
La escritora Leire Altuna se enfrenta a su
caso más personal, una investigación que la llevará a través de las estrechas
sendas que separan el amor del odio, la amistad de la traición. Tendrá que
luchar con el miedo y con su propia mente, empeñada en distorsionar lo que
sucedió aquella tarde. Siniestras amenazas telefónicas pondrán a prueba su
resistencia, sobre la que pende además una opresiva fecha límite. En paralelo,
la ertzaina Ane Cestero y su equipo avanzarán con unas pesquisas oficiales que
destaparán los peores instintos del ser humano.
Ibon Martín crea en estas páginas un absorbente thriller
psicológico que arrastra al lector hasta el propio corazón de San Sebastián,
para convertir la bahía de la Concha en escenario del horror más desgarrador.
El esperado regreso del maestro vasco del
suspense a los escenarios de El faro del silencio.
La jaula de sal, la nueva novela del escritor donostiarra Ibon
Martín, llega hoy a las librerías para cerrar la saga de la investigadora
Leire Altuna con un nuevo asesinato, esta vez de alguien del entorno de la
protagonista, y con Pasaia y Donostia como escenarios.
Tras el éxito hace cuatro
años de El faro del silencio, con la que Martín se estrenó en el género
de la novela negra con su personaje Leire Altuna, el autor cierra ahora el
ciclo con una última entrega que reunirá a personajes de sus anteriores libros
“en una especie de despedida de la saga”, explica a Efe el escritor.
“Leire Altuna se ha ganado un
descanso después de cuatro años de penurias continuas, y en este libro va a
tener un motivo muy importante para colgar la toalla”, adelanta Martín,
consciente de que los lectores “van a sentir algo de pena” y sin cerrar del
todo la puerta a su regreso “algún día”.
Martín ha preparado una trama
que regresa a los orígenes de su primera novela “y que va a ser el caso más
personal que le toque investigar a Leire, porque le va a tocar muy en primera
persona”, avanza el autor.
Ya en el primer capítulo,
mientras la protagonista se está dando una ducha en el faro en el que reside,
sucede un crimen dentro del edificio. “El asesinato de alguien de su entorno”,
apunta Martín.
A partir de ahí arranca una
trama en la que la propia Leire va a tener dudas sobre lo sucedido “e incluso
de si ha sido ella la asesina, porque no recuerda muy bien lo que pasó en ese
momento, tiene una especie de amnesia”, continúa el escritor.
Será un escenario “bastante
opresivo, que llegará hasta un punto claustrofóbico”, ya que tras el asesinato
“empieza a recibir una serie de amenazas telefónicas”, por lo que será la
ertzaina Ane Cestero, amiga de la escritora, la que lleve las riendas de la
investigación “mientras su amiga está en un estado de shock”.
Martín reconoce que esta
novela “ha sido la más compleja de todas, sobre todo porque vuelve a unos
paisajes ya conocidos que no quería que se hicieran repetitivos, pero también
por el propio caso”.
En esta ocasión el autor
renuncia a su habitual estrategia de vincular una historia del pasado a los
crímenes de la actualidad, por lo que se ha volcado en “crear intriga en el
presente e intentar mantener alta esa historia”.
Tras la publicación de La
jaula de sal Martín abre ahora “un periodo de reflexión” en el que decidir
si continúa dentro del género policíaco o retoma la novela histórica, ya que su
debut literario fue en ese género, con El valle sin nombre.
“Lo que tengo es una total
certeza de que el año que viene por estas fechas no habrá novela. Hasta ahora
he escrito al ritmo de uno al año, pero esta vez me voy a tomar dos años”,
asegura.
Las historias de Martín, que
también ha publicado La fábrica de las sombras y El último
akelarre y se ha convertido en uno de los autores más vendidos de la
Azoka de Durango, se enmarcan dentro de este ciclo literario que, junto a
Dolores Redondo y otros escritores vascos, han convertido a Euskadi y Navarra
en escenario de sus novelas.
“Ahora hay un movimiento,
como el que hubo en su día en Escandinavia, muy potente, con un montón de
autores”, celebra el escritor, que ve “muchos puntos en común” entre Euskadi y
el norte de Europa.