miércoles, 27 de febrero de 2013

MARTINA, GUERRILLERA (ASCENSIÓN BADIOLA)


LA NOVELA: Martina Ibaibarriaga, natural de Berriz y vecina de Bilbao, se echó al monte, como un hombre más, para combatir a las tropas de Napoleón. Cuando las partidas guerrilleras se integraron en el ejército regular, alcanzó el rango de teniente coronel, y como tal participó en la decisiva Batalla de Vitoria, de la que este año se conmemora el segundo centenario. Su coraje hizo que su inmediato superior, Francisco de Longa, otro guerrillero legendario, la presentase al propio Wellington, quien no pudo evitar mostrar su asombro al comprobar que aquel soldado al que había visto luchar tan valerosamente era en realidad una mujer. Hoy, una calle en Vitoria recuerda a la “Coronela Ibaibarriaga”. Y, a pesar de todo, la singular peripecia vital de Martina es muy poco conocida por parte del gran público. Ello se debe, al menos en parte, a que la documentación existente es escasa. Ascensión Badiola aprovecha esas lagunas para construir “una historia de amor y guerra” en torno al asombroso personaje de Martina. Es una novela histórica, ambientada con rigor en la época que recrea, pero es también una novela de aventuras.

LA AUTORA: Ascensión Badiola es economista e investigadora en temas de Historia Contemporánea. Nació en Bilbao en 1961 y ha publicado varias novelas, ensayos y relatos . También es miembro de la Asociación de Escritores de Euskadi. Martina, guerrillera es su tercera novela. Más información en www.ascensionbadiola.com.

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 410.-LA ESTRATEGIA DEL PEQUINÉS (ALEXIS RAVELO)


Título: LA ESTRATEGIA DEL PEQUINÉS
Autor: ALEXIS RAVELO
Editorial: ALREVÉS
Trama: El contacto en Las Palmas de un importante traficante ha perdido un envío, envío que de todos modos tiene que pagar si no quiere sufrir las consecuencias, pero se trata de una cantidad de la que no dispone en esos momentos. Por eso, para solucionar el problema, se le ocurre atracar al hombre de confianza en la ciudad de su jefe, que es quien blanquea el dinero, y para que no se levanten sospechas contra él, contratará a gente que no pertenece a su organización, lo que acabará originando aún más problemas.
Personajes: Júnior, pequeño capo del tráfico de drogas canario, mediocre, violento aunque bastante aburguesado y poco de fiar, Felo, su hombre de confianza, partidario de los métodos expeditivos cuando hay que tratar con alguien, Miralles el Turco, jefe máximo del grupo, más bien un gran empresario que un hombre de acción, sólo que sus negocio es el tráfico de drogas, Remedios, su mujer, que aúna su belleza con una cabeza fría para los negocios, Pepe Sanchís el Gordo, antiguo policía corrupto, pero inteligente, que es la mano derecha del Turco, El Rubio, endurecido delincuente que se retiró por amor a su esposa, y decide volver a la acción a causa de la enfermedad de ésta, Cora, prostituta de lujo ya en declive, que ve cómo se le han pasado los años sin haber resuelto su vida, Tito el Palmera, camarero en paro, antiguo soldado, hombre tranquilo y escéptico, aficionado a los tangos y los boleros, recién separado y cuya última ilusión es montar un bar, Larry, abogado de buena familia, holgazán, mujeriego y fantoche, que se encarga de blanquear el dinero del Turco.
Aspectos a Destacar: Una novela de perdedores que, como toda gran novela de perdedores, es un canto a quienes han sido desechados por inservibles en la sociedad / La novela negra canaria ha venido para quedarse y Alexis Ravelo es uno de sus representantes más conspicuos e interesantes, al que hay que seguir no sólo en ésta, sino también en sus novelas protagonizadas por Eladio Monroy.
La Frase: Cora se había acostado en cientos de hoteles con cientos de hombres distintos. En todas las posturas, de todas las formas. Pero jamás había sentido lo que había sentido esa noche. Acaso porque todas las personas que había encontrado a su paso durante todo el día la habían tratado de forma cariñosa. Acaso porque Tito le inspiraba una ternura inédita. No alcanzaba a entender bien por qué, pero el hecho es que estaba comenzando a descubrir que el mundo, aunque fuera una mierda, no tiene por qué apestar siempre, si uno se rodea de la gente adecuada.