martes, 8 de mayo de 2012

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS. 357.-TELARAÑA PARA MATAR (HARRY WHITTINGTON)


Título: TELARAÑA PARA MATAR
Título original: WEB OF MURDER
Autor: HARRY WHITTINGTON
Editorial: PLAZA Y JANÉS
Trama: Un abogado de una ciudad de provincias, unido a una mujer de la que ha dejado de estar enamorado pero que controla con mano férrea la fortuna familiar, decide deshacerse de ella para heredarla y, de paso, poder rehacer su vida con la mujer de la que está enamorado. Para ello, con los amplios conocimientos que le ha proporcionado el ejercicio de su profesión, ideará lo que parece ser el crimen perfecto.
Personajes: Charley Brower, brillante abogado unido a una mujer a la que no ama y que se niega a concederle el divorcio, su mujer, Cora, insensible a sus peticiones de divorcio ya que le sigue amando pese a saber que él no la corresponde, Laura, secretaria de Brower, de la que éste se enamora locamente, amor que resulta ser recíproco, Mike Welch, cliente de Brower, traficante en coches robados y bien relacionado con ambientes delictivos, Victoria Haines, antigua clienta de Brower, que le tramitó su divorcio, mujer fría y calculadora, enamorada también de éste y que hará todo lo decible indecible por conseguir sus propósitos, Frank Vanness, agente de policía que ha tenido tratos con Brower debido a anteriores asuntos en los que habían estado enfrentado, policía eficaz y metódico, pero con un alto sentido moral y puritano de la vida.
Aspectos a Destacar: Whittington es uno de los mejores sucesores de James M. Cain en el subgénero, dentro de la novela negra, dedicado a la narración de los crímenes que se cometen por motivos "amorosos" o "pasionales", pero que sirven, en realidad, para mostrar la degradación en la que están sumidos los protagonistas al actuar en una sociedad que propicia, por sus características cerradas, asfixiantes e injustas, esa misma degradación.
La Frase: Ahí es donde se equivoca...Todo el mundo necesita una rubia o una pelirroja. Todos los días. Si todo el mundo tuviese cada día una rubia o una pelirroja, ¿sabe qué pasaría? Pues que no habría guerras, ni úlceras, ni ataques coronarios. Los problemas se presentan cuando un hombre olvida para qué el buen Dios le ha puesto aquí, en la Tierra.