viernes, 30 de agosto de 2019

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 716.-PROHIBIDO FIJAR CÁRTELES (PACO GÓMEZ ESCRIBANO)


Título: PROHIBIDO FIJAR CÁRTELES
Autor: PACO GÓMEZ ESCRIBANO
Editorial: MILENIO
Trama: El Lejía y El Tijeras son dos colegas que, por diversos motivos, llevan mucho tiempo sin verse, hasta que El Lejía vuelve al barrio y recuperan su vieja amistad. No tienen más pretensiones que ir muriéndose lentamente, pero cuando se enteran de que otros viejos colegas están siendo amenazados retomarán los viejos códigos del barrio para ayudarles, en una huida hacia delante de la que son conscientes que no habrá retorno.
Personajes: El Lejía, antiguo drogata que para rehabiltarse se alistó en la Legión y que vuelve a un barrio que le cuesta reconocer, El Tijeras, colega de El Lejía, un cuarentón que sobrevive como puede y que consiguió dejar las drogas, pero no el alcohol, El Chino, dueño del bar en el que se reúnen El Lejía y El Tijeras y, a su manera, colega de ellos, El Pipo, el tercer miembro del grupo formado junto a El Lejía y El Tijeras, que no supo desengancharse a tiempo y acaba de ser excarcelado por encontrarse en fase terminal, El Ruso, jefe de un grupo de delincuentes procedentes del este de Europa, que desconoce --e incluso desprecia-- los viejos códigos del barrio, Matías, un auténtico superviviente ya que ha llegado a la edad de la jubilación, un punto de sensatez en el barrio, Don Pablo, párroco del barrio, no muy afín a El Lejía, aunque a veces la vida te da sorpresas.
Aspectos a Destacar: Paco Gómez Escribano vuelve a demostrarnos que en una intensa y excelente novela negra, en la que no se ocultan las miserias de nuestra sociedad sino que, más bien al contrario, se sacan a la luz sin complejos, y plagada de perdedores, puede haber más humanidad e incluso poesía que en muchas de esas publicaciones rellenas, teóricamente, de buenos sentimientos.
La Frase: El barrio era un gran contenedor de basura. Y la gente era una masa anárquica de microbios, bacterias y detritus que no hacían otra cosa que buscarse la vida, reproducirse y rozarse unos contra otros. Sin embargo, cuando yo salía de allí estaba perdido.