Título: LA DORADA SOMBRA DE LA MUERTE
Título original: THE DEADLY SHADE OF GOLD
Autor: JOHN D. MacDONALD
Editorial: BRUGUERA
Trama: Un amigo de Travis McGee se pone en contacto con
éste, tras tres años en los que se le daba por “desaparecido”, para pedirle su
ayuda en un negocio que tiene entre manos, consistente en la venta de unas
extrañas estatuillas de oro que ha debido conseguir de una manera un tanto
equívoca. Pero cuando McGee va a buscarle se encuentra con que su amigo ha sido
asesinado y las estatuillas han desaparecido.
Personajes: Travis
McGee, antiguo marine que vive en un barco y se dedica, cuando necesita dinero,
a encontrar objetos “extraviados” a cambio de un alto porcentaje de su valor, Nora
Gardino, exnovia de un viejo amigo de Travis, propietaria de una tienda de
ropa, elegante y decidida, Shaja, empleada y casi socia de Nora, refugiada
húngara que tiene a su marido encarcelado por los soviéticos por haber
participado en la revuelta antocomunista del año 1956, Felicia, prostituta
mexicana que tuvo relaciones con el amigo de Travis, Raúl, exiliado cubano,
enemigo tanto de Fidel Castro como anteriormente de Batista, amigo de Travis, Arista,
gerente de un hotel mexicano en el que se alojan McGee y Nora, hombre prudente
y timorato, Pablo Domínguez, compatriota de Raúl, con el que comparte
ideología, Connie Melgar, millonaria de origen venezolano, amante de la buena
vida y de la aventura, Cal Tomberlin, diletante norteamericano que vive de las
cuantiosas rentas que le dejó su madre, actriz de Hollywood, siempre ávido de
nuevas sensaciones y experiencias.
Aspectos
a Destacar: La serie que John D.
MacDonald dedicó a su personaje Travis McGee, sin llegar quizás a la altura de
otras sagas creadas en la época dorada de la novela negra norteamericana, sí es
un buen ejemplo de novelas protagonizadas más que por un detective o policía al
uso, por un “aventurero”, que aunque aparentemente sólo busca su propio
beneficio acaba implicándose en los asuntos en los que interviene más de lo que
él mismo desearía en un primer momento.
La
Frase: Beba a mi salud, amigo mío.
Beba a la salud de este saco de carne venenosa que se llama McGee. Y beba
también a la salud de las rubias pequeñas y bonitas, a la salud de un perro
negro, a la salud de un cuchillo hundido en la espalda de una mujer y a la
salud de otro que cortó la garganta de un amigo. Beba, amigo..., a la salud de
unos pies quemados, de la muerte en el mar, de las malolientes prisiones y de
unas asquerosas estatuillas de oro. Beba a la salud del amor sin afecto, del
dinero robado y del poder de un abogado... Beba..., beba por la lujuria, el
crimen y el terror, estas tres cosas tan poco sagradas y beba también por todos
los problemas que no tienen solución en el mundo, y ¡cómo no!, beba por ese
otro mundo que se nos ofrece mejor y en el que yo no creo.