viernes, 19 de febrero de 2010

VIAJE CON CLARA POR ALEMANIA (FERNANDO ARAMBURU)

LA NOVELA: Clara, que ha recibido el encargo de escribir una guía personal de Alemania, convence a su pareja para tomarse un periodo sabático y viajar juntos por el norte del país. Para ella significa la oportunidad de rematar una obra inspirada. Para él, en cambio, un extranjero que lleva pocos años en el país, será ocasión de unas vacaciones placenteras, con el solo inconveniente de visitar museos... o librerías donde preguntar por el libro publicado de su mujer. Pero por más que el recorrido y las actividades estén organizados al germánico modo, enseguida surgen problemas: menores algunos, como las jaquecas de ella o sus crisis de inspiración, que obligan a Clara a quedarse en el hotel y a él a realizar el correspondiente reportaje; otros más graves, como la irrupción de la familia alemana, o de algunos amigos de un ecologismo radical, que proporcionarán al viaje sus momentos más hilarantes y más enternecedores. La clave, como ya ha descubierto el lector, es que estamos leyendo la crónica que él, que no es escritor, se ve obligado a redactar para recoger todo aquello que la guía de su mujer ha obviado.

EL AUTOR: Fernando Aramburu (Donostia-San Sebastián, 1959) es licenciado en filología hispánica por la Universidad de Zaragoza y desde 1985 reside en Alemania, donde ha trabajado como profesor de español. Fue miembro del Grupo CLOC de Arte y Desarte. Considerado ya uno de los narradores más destacados de su generación, con galardones como el Premio Ramón Gómez de la Serna 1997 y el Premio Euskadi 2001, es autor de las novelas Fuegos con limón (1996), Los ojos vacíos (2000), El trompetista del Utopía (2003) y Bami sin sombra (2005), así como de las prosas breves El artista y su cadáver, el cuento infantil Vida de un piojo llamado Matías (2004) y de los volúmenes de relatos No ser no duele y Los peces de la amargura, obra merecedora del XI Premio Mario Vargas Llosa NH, el Dulce Chacón y el Premio Real Academia Española. Viaje con Clara por Alemania es una deliciosa comedia conyugal disfrazada de novela de viajes, un diario itinerante que proyecta una mirada irónica y a la vez admirativa sobre la cultura alemana, pero sobre todo una divertidísima contracrónica de lo que sería un viaje con ínfulas literarias, con escenas magníficas de convivencia de pareja o de familia.

ENTREVISTA APARECIDA EN EL DIARIO DEIA EL 19 DE FEBRERO DE 2010. REDACTORA: MARÍA R. ARANGUREN:
El escritor ha elegido Alemania porque es su "país de adopción", al que llegó hace 25 años y en el que ha pasado casi media vida. La otra media la ha vivido en Euskadi. "Alemania es un país que me eligió", dice.
-¿Se ha querido alejar de los grandes relatos de viajes?
-No he querido relatar el típico viaje del turista que llega y luego nos cuenta cómo es la fachada de la catedral, lo bien que se come en el lugar, y cómo funcionan los taxis. Quería hacer una parodia con todo ese material. Además, la parodia es inevitable en este libro por cuanto el viaje está relatado por una persona que lo ha hecho sin ganas, que ha tenido que viajar porque se lo ha prometido a su mujer.
-¡Y que tiene poco amor por la cultura!
-Tiene poco amor por el turismo cultural. No es un hombre que odie la cultura pero las convenciones sociales y culturales no le gustan. No le gusta ir a los museos ni ponerse a la cola en las iglesias o en otros lugares para ver lo que más o menos se sabe ya.
-¿Coincide con su forma de verlo?
-Coincide con una actitud obstinada y es que a mí me gusta el presente, me gusta disfrutar del presente en lugar de hipotecar mi vida con proyectos de futuro y llevar a cabo actividades que tienen un sentido porque conducen a una mejora o a unos beneficios. Este hombre que cuenta el viaje es un forofo del presente y por tanto de los momentos buenos que sólo son posibles en el presente y que no se dan como promesa. Es lo contrario al protagonista femenino, que hace las cosas por sentido del trabajo.
-Ella es una mandona y él obedece, ¿teme una reacción ante esta atribución por géneros?
-No temo ninguna crítica porque entre otras razones el libro me lo leyó mi mujer, a quien está dedicado, y en ningún momento es agresivo contra sectores de la sociedad o contra mujeres. Todo lo contrario. El que cuenta, que es un cabroncete, también se ríe de sí mismo y de actitudes tradicionalmente varoniles. Pero en el fondo, aunque se trata de una pareja que discute muy a menudo, están muy bien avenidos. Sus conflictos se resuelven de manera humorística la mayor parte de las veces y son dos personas avezadas a reconciliarse. Esto salva a la pareja siempre.
-¿Por qué un viaje por Alemania?
-Es mi país de adopción, al que yo llegué hace más de 25 años. He vivido la mitad de mi vida ahí, y la otra mitad en el País Vasco. Alemania es un país que me eligió. Conocí a mi mujer en Zaragoza y como era alemana me tocó Alemania. Alguna vez le he reprochado en tono amable que podía haber sido italiana o de algún país donde hubiera un clima un poco más apacible, más cálido.
-¿El reproche tiene que ver exclusivamente con el clima?
-Nada más. El resto lo acepto. De hecho considero que este libro contiene un acto de agradecimiento a ese país, donde se me acogió cordialmente, donde he podido desarrollar mi obra literaria y donde se me permitió trabajar en la docencia. Reconozco que escribí este libro, que no excluye la crítica, con un sentido de agradecimiento.
-Quería huir de la típica guía, ¿en qué aspectos del país ahonda?
-Mi intención es literaria. Quiero conseguir el arte de la palabra y esto no lo podría conseguir jamás si me limitara a reproducir convenciones. Para conseguirlo he buscado un punto de vista insólito. No habría escrito ni media página para hablar de los alemanes como si fueran un montón humano metido en un saco a quien se describe con cuatro adjetivos, como habitualmente se hace. Habitualmente se dice que son fríos y cuadriculados y eso es cierto en unos pero en otros no. Lo peor que yo le podría haber hecho a mi libro es prescindir de antemano de una reflexión compleja de la realidad que estoy escribiendo. Lo que yo ofrezco no sólo son paisajes sino el elemento humano alemán.
-¿Qué es el elemento alemán?
-Es no sólo con gente que va por la calle, sino también la vida de puertas para adentro y los habitantes que uno sólo conoce si vive ahí: desde el turco del kiosco hasta el vendedor de castañas de Berlín. El libro está lleno de multitud de tipos que podríamos encontrar si viviéramos en el lugar.
-Antes hablaba del arte de la palabra, ¿cómo se ha planteado el lenguaje en esta obra?, ¿se lo planteó antes de comenzarla?
-Me planteo la cuestión lingüística y la resuelvo desde el principio porque si no voy a ciegas. En este caso la cuestión de la creación lingüística está basada en el deseo de libertad del protagonista. Como él no se considera escritor ni quiere serlo de ninguna manera se toma ciertas libertades en el uso de la escritura. Se ríe de lo que está escribiendo, corta cuando quiere cocinar algo... Toda la escritura va saliendo de la sensación de libertad que tiene el individuo, pero esa libertad la va perdiendo poco a poco y termina por perderla totalmente al aceptar que un hermano suyo le publique el libro.
-¿Hay una desmitificación de la figura del escritor?
-Totalmente. Hay una desmitificación que además conduce a la parodia. Al hacerlo también me río de mí mismo y ese recurso conduce directamente al humor. Yo quería a toda costa hacer reír al que lea este libro. Es difícil pero espero haberlo conseguido. Si no, daría el trabajo por inútil. Me gustaría que sonriera incluso aunque se resistiera a sonreír.
-¿Por qué desmitificar esta figura?
-Primero porque la desmitificación es muy productiva literariamente. Y segundo porque los escritores somos figuras un poco lastimosas, un poco mimosas y quejumbrosas y conviene sacarnos un poco de la solemnidad. La desmitificación, el humor, la parodia, nos colocan de una manera no violenta ni agresiva en el lugar que en realidad ocupamos aunque lo neguemos.
-¿Siempre le pasa a su mujer lo que escribe antes de publicarlo?
-En este libro de una manera especial, porque ella ha sido cómplice, a ella está dedicado, a La Guapa, que es como la nombro en casa. Me ayudó mucho, sobre todo en todo lo que tiene que ver con los vocablos alemanes. No sólo eso, sino que este libro ha sido la ruina para mí. He tenido que hacer numerosos viajes y excursiones para documentarme y ella me ha acompañado en muchas ocasiones.

CARTA DEL LIBRERO NEGRO Y CRIMINAL: UN FEBRERO MÁS NEGRO-CRIMINAL QUE NUNCA

Se nos amontona la faena. Apenas terminada BCNegra 2010, nos pusimos a intentar arreglar los libros que ustedes nos habían pedido. Bastantes libros (aunque a nosotros, por los autores, siempre nos parecen pocos), muchos autores y muchos de ustedes (aunque a nosotros, por nosotros, siempre nos parecen pocos), por organizar. En cada BCNegra nos parece una maravilla que gracias a Internet ustedes puedan recibir un libro dedicado de Indridason, o la Manotti, o … en un pueblo de Asturias o Andalucía. Hecho impensable hace apenas unos años.
Y tras BCNegra el ciclo de “Narcoliteratura, Narcocultura” que Casa de América Catalunya ha organizado. Al librero le tocó la lotería de moderar una mesa inmoderable por que no se podía hacer nada con las brillantes intervenciones de Sergio Álvarez, Lolita Bosch y Elmer Mendoza. Simplemente dejar que fluyeran y disfrutar y reír con la mayoría del público. Sergio Álvarez se reveló como un gran narrador de historias, además del buen novelista que es. Por cierto, aviso para editores inteligentes, Sergio Álvarez ya ha terminado su esperada y demorada (hay que llegar a fin de mes y son muchos hijos) segunda novela después de la inencontrable La lectora, con la que ganó el Memorial Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón.
Sábado con Elmer Mendoza. El sábado más frío del año. En la calle. En la librería la calidez enorme y tranquila del autor de Sinaloa. Esperemos que los de Tusquets se decidan a publicar aquí en España, Firmado con un klínex, el último libro de Elmer Mendoza, que ellos han publicado en México. Ya sabemos que son cuentos, y los editores en España retroceden cuando les proponen un libro de cuentos. Pero no todos los libros de cuentos vienen firmados por Elmer Mendoza. ¿No han leído aún Balas de plata? ¡Qué suerte! Aún les queda una buena novela por leer. Al menos.
Aquel sábado, Beatriz de Moura, nos trajo una excelente noticia. Pedimos autorización y se la contamos.
Aquel lunes, como los seis últimos lunes llovía. Éste lunes, además, con frío. A última hora de la tarde llegó a la librería James Ellroy. El temido James Ellroy. Pero contábamos con la complicidad de sus traductores preferidos (por él), Montserrat Gurgui y Hernán Sabaté, que hicieron de presentadores. Creemos que le gustó la librería, al menos quiso comprarla. Y rápidamente, entre todas las imágenes que pueblan las paredes, descubrió, la ficha policial de la librera (él nos dijo que en su Facebook estaba la suya también), las piernas de Sofía Loren (que sabía pronunciar correctamente y sabía quien era) y un perro (apenas un dibujo en un rincón perdido de un poster perdido). James Ellroy sabe ver, y no sólo mirar.
Jordi Canal, el director de La Bóbila y editor de L´H Confidencial y Maurizio Pisú, uno de nuestros voluntarios le iban mostrando libros con frases elogiosas de Ellroy sobre los autores, y él iba diciendo que el libro era muy malo y que la frase obedecía a que compartían el mismo agente.
El librero le mostró el Hollywood Station, de Joseph Wambaugh con un amplio prólogo firmado por él (tanto el libro como el prólogo son muy recomendables). Ellroy busco su nombre donde terminaba el prologo, y lo dedicó con su garabato habitual y le dijo al librero: El prólogo es mejor que el libro, ¿no?. El librero sabe que mide algo asi como un sesenta y siete, y miró, desde abajo, al más de uno noventa de Ellroy, vio que las espaldas de éste eran cuatro veces y media las del librero, y simplemente dijo: . Es un tipo convincente este Ellroy.
Con lo que estaba cayendo dijo que no era el momento de la camiseta (aunque no se quejaba mucho del frío por que venía de Helsinki), pero que vendría el año que viene a presentar otro libro, sus memorias, y que entonces hablaríamos. Profesional (dedicó mas de setenta ejemplares en un plis plas), terco (hubo que convencerle que Jesús era con jota y no con i latina), irónico y un auténtico “enfant terrible” provocador, distante pero cercano,
Creo que el mérito es de la librera ( ya saben la parte inteligente y sensible de la librería) que al poco de llegar le regaló un sobre, que él abrió poco a poco, con prevención y precaución, hasta descubrir una imagen muy poco conocida de un Beethoven juvenil. Dijo que amaba a Beethoven e hizo algo que no sabemos si era una mueca o una sonrisa. Al menos eso parecía.
No podemos terminar sin recomendarles un libro, naturalmente. Para que este fin de semana puedan acercarse a una librería (no vayan, si pueden evitarlo, a uno de esos lugares que parecen una sala de embarque de aeropuerto, donde ustedes son tratados como tarjetas y no como lectores) y sumergirse en un lugar incierto. Nunca un lugar incierto ha tenido la certeza absoluta del placer, si son de aquellos o aquellas que han entrado en el mundo del Comisario Adamsberg. Es un mundo muy especial, el creado por una autora como Fred Vargas. No es novela negra, es una nueva visión, una puesta al día, de la novela de intriga, de la novela criminal.
El comisario Adamsberg se halla en Londres, invitado por Scotland Yard, para asistir a un congreso de tres días. Todo debería transcurrir de manera tranquila, distendida, pero un macabro suceso alerta a su colega inglés: en la entrada del antiguo cementerio de Highgate han aparecido diecisiete zapatos... con sus respectivos pies dentro, cercenados. Mientras comienza la investigación, la delegación francesa al día siguiente regresa a su país. Allí descubren un horrible crimen en un chalet en las afueras de París: un anciano periodista especializado en temas judiciales ha sido, a primera vista, triturado. El comisario, con la ayuda de Danglard, relacionará los dos casos, que le harán seguir una pista de vampiros y cazadores de vampiros que lo conducirá hasta un pequeño pueblo de Serbia...
Un lugar incierto, Fred Vargas, editado por Siruela, traducido por Anne-Hélène Suarez Girard.
Tiempo de lluvias, pero ¿tiene el agua, estrategia?
www.negraycriminal.com / http://negraycriminal.blogcindario.com

CAMINOS CRUZADOS (ERLANTZ GAMBOA)

Un matrimonio de un pueblecito mexicano aparece brutalmente asesinado en su propia casa. Nadie puede hacerse a la idea de que estas cosas que suceden normalmente en la capital hayan acabado pasando en la tranquila población y menos que nadie el encargado de la investigación policial, Carvajal. Es entonces cuando aparece la agente de la policial federal, Marcia de Valcarce, que informa a Carvajal de que el asesinato se corresponde con el modus operandi de un asesino en serie al que hace bastante que persigue y al que ha apodado Calígula.
Por otro lado en un pueblo cercano, aparece una anciana con el cuello partido y con la caja fuerte donde guardaba sus joyas desvalijada. En esta ocasión es el teniente Arturo Palacios quien irá detrás del asesino “mataviejitas”.
Las historias de las dos investigaciones se van entretejiendo con agilidad en la novela que resultó ganadora del Premio Internacional de novela negra L’H confidencial 2010 y que se pued empezar a leer en el siguiente enlace: Caminos cruzados.

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 133.-ASESINOS SIN ROSTRO (HENNING MANKELL)

Título: ASESINOS SIN ROSTRO
Título original: MÖRDARE UTAN ANSIKTE
Autor: HENNING MANKELLl.
Editorial: TUSQUETS
Trama: Un matrimonio de ancianos que viven en una granja cerca de Ystad (Escania, Suecia), es asesinado brutalmente y la única pista que tiene la policía es una palabra pronunciada por la mujer antes de morir: extranjeros. Cuando esa palabra se filtra el inspector encargado del caso tendrá que lidiar no sólo contra las dificultades de la investigación sino contra posibles ataques xenófobos, que causarán la muerte de un refugiado africano.
Personajes: Kart Wallander, policía cuarentón, amante de la música clásica, recientemente divorciado que intenta rehacer su vida, Mona, su ex mujer, Anette Brolin, fiscal encargada del caso, que vive sola ya que su familia se ha quedado en Estocolmo, el equipo de policías que trabaja junto a Wallander, los agentes Rydberg, hombre concentrado y solitario, Martinson, aficionado a las apuestas en las carreras de caballos, y Norén.
Aspectos a Destacar: Primera novela en la que aparece el personaje más emblemático de Mankell, Kart Wallander, a través del cual el autor nos describe la perplejidad de una sociedad aparentemente idílica y desarrollada en la que de repente aparece el “miedo al extranjero” con su secuela de racismo y xenofobia.