martes, 29 de enero de 2013

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 403.-ALGO QUE NUNCA DEBIÓ PASAR (JUAN M. VELÁZQUEZ)


Título: ALGO QUE NUNCA DEBIÓ PASAR
Autor: JUAN M. VELÁZQUEZ
Editorial: ARTE ACTIVO EDICIONES
Trama: La desaparición de una niña en una urbanización donostiarra de reciente creación hace que uno de los propietarios, antiguo policía, contacte con un excompañero suyo, retirado, y que trabajó en Euskadi en los "años de plomo" del terrorismo, para pedirle que le ayude a encontrarla. Su ve compañero accederá a regañadientes quizás porque sabe que la vuelta a Donostia significará también la vuelta de sus recuerdos, la mayoría de ellos dolorosos.
Personajes: Ramírez, expolicía destinado en el País Vasco, que siempre intentó situarse en el lado de los "buenos" aunque para ello hiciera cosas que le destrozaron a vida, Gutiérrez, el rubio, compañero de Ramírez, de carácter despreocupado, jovial, putero y echado para alante, que se afincó en Donostia y acabó compartiendo negocios de construcción con dos antiguos etarras, los hermanos Alberto y Andrés Antía, más hombres de acción que reflexivos, que pasaron de militar en ETA a convertirse en empresarios de un modo natural, sin que ello les planteara ningún tipo de contradicción interna, Marisa, examante de Ramírez y pareja de Gutiérrez, abuela de la niña desaparecida, de vuelta de todo y para la que la niña era ya su única (y última) ilusión, Antxon Arrondo, parlamentario en Madrid, ejemplo de político arribista, Chano Maqueda, embrutecido expolicía que disfrutaba torturando, actual propietario de un club de alterne.
Aspectos a Destacar: Una disección, sin maniqueísmos, incluso compasiva, de lo que supuso la acción armada en los peores años del terrorismo, con la secuela no sólo de los muertos y heridos y de las vidas rotas sino, también, de su contrapartida en forma de torturas y de negocios sucios favorecidos con la excusa de la lucha antiterrorista, así como de las consecuencias psicológicas en quienes, desde ambos bandos enfrentados, pensaban que hacían lo correcto, por horrible que fuese.
La Frase: El comandante presenció todo el interrogatorio, quedó contento y decidió que ellos encajaban en el tipo de policías que buscaba: jóvenes decididos, sin restos de escrúpulos democráticos, que no se hacían preguntas, pero con capacidad suficiente para hacer unos informes presentables. No necesitaba más. Ramírez sintió que por primera vez hacía lo que debía y estaba dispuesto a seguir. No se sintió mal. Los malos recuerdos y las pesadillas vinieron más tarde, cuando perdió la fe en lo que hacía, cuando quiso dejar aquella guerra porque se había envenenado y embrutecido.