LA NOVELA: En los años 80, Dick Grande, un barrendero “heavy” de Pamplona se convierte accidentalmente en estrella internacional del porno. ¿El secreto de su éxito? Su privilegiada herramienta de trabajo (la “blakandeker”), sí, pero sobre todo su aspecto de hombre vulgar: tirillas y difícil de ver, cuando aparece en sus películas haciendo el amor con las mujeres más hermosas del mundo, los hombres solos, tristes y rotos creen que pueden ser como él. Dick Grande recorre los santuarios secretos del porno “amateur” —La Habana, París, Bangkok, Manila, México, D,F., …—, funda un movimiento musical (el porno-rock radikal vasco), financia involuntariamente con sus películas una guerrilla maoísta… Pero él también es un hombre insatisfecho, que sólo persigue desesperadamente el corazón de la mujer que le introdujo en el mundo del porno: la dulce y sucia Janis. Brutal y tierna, soez y poética, animal y, por ello, terriblemente humana, ¡Oh, Janis, mi dulce y sucia Janis! no deja títere con cabeza y se convierte, bajo la apariencia de una novela de género (erótico) en un artefacto infalible para hacer reír a mandíbula batiente mientras una pantera resopla en nuestra entrepierna. Por fin una novela atrevida (que antes fue novela-blog y recibió medio millón de visitas), escrita a tumba abierta por un autor valiente para lectores valientes cansados de leer solapas de libros que nunca cumplen lo que prometen.
EL AUTOR: Patxi Irurzun (Pamplona, 1969), es autor de los libros de cuentos Ajuste de cuentos, Cuentos de color gris, Cuentos sanfermineros, El cangrejo valiente y La polla más grande del mundo, las novelas Cuestión de supervivencia, Ciudad Retrete y Odio enamorado, el diario Dios nunca reza y el libro de viajes Atrapados en el paraíso, sobre su viaje al vertedero de Payatas (Manila) y a Papúa Nueva Guinea. Ha escrito además varias biografías para niños (Beethoven , Franklin, Mozart... ). Cuentos y reportajes con su firma han aparecido en diferentes medios: El Canto de la Tripulación, El Europeo, Rolling Stone, La Jornada de México, Gara, Dominical, Mono Gráfico, Vinalia Trippers... Y ha ganado diferentes premios, como "El Viajero", de El País-Aguilar, el "Ciudad de Palencia", el ‘Premio a la creación literaria del Gobierno de Navarra’ o el ‘Francisco Yndurain’. Ha participado en diferentes antologías, como Golpes, Beatitud, Viscerales o Cuentos de fútbol 2 (en italiano, idioma al que también se han traducido varios de sus cuentos). Junto con Vicente Muñoz ha coordinado el libro de homenaje a Bukowski, Resaca/Hank Over y con Esteban Gutiérrez Simpatía por el relato. Fue editor del referencial fanzine literario digital Borraska. Es más feo que Picio, pero tiene novia y dos hijos, los tres guapísimos.
Artículo publicado en el periódico Diario de Navarra el 24 de mayo de 2011. Redactor: Ion Stegmeier. Lo que empezó como un blog se ha convertido en la novela definitiva de Patxi Irurzun. El escritor pamplonés apuesta por ella, "Oh, Janis, mi dulce y sucia Janis!, que presenta estos días en Madrid, Barcelona, Gijón y Pamplona.
Patxi Irurzun (Pamplona, 1969) bromea con su último libro. Dice, y así lo recoge la promoción, que se trata del primer libro arrojadizo de la historia. "Si te gusta lo lees (y te ríes un rato)... y si te parece un ladrillo lo tiras (pero elige bien a quién)", dice. Pero lo cierto es que no es un libro más para él. ¡Oh, Janis, mi dulce y sucia Janis!, con el subtítulo de Memorias de una estrella del porno (amateur) es su libro definitivo. Así lo entiende él y también la editorial, Eutelequia, que lo presentará en Barcelona, Madrid y Gijón.
El protagonista es un barrendero heavy de Pamplona. Usted tiene una breve experiencia. ¿Le abrió los ojos?
Yo estuve trabajando un verano en Sanfermines de barrendero. Me di cuenta que llegaba un momento en el que era invisible a la gente. Eras parte del mobiliario urbano.Te da pie a pensar muchas cosas y a observar las rutina de la gente, los comportamientos y demás, a tomarle el pulso a la ciudad. Eso me sirvió bastante para inspirarme el personaje, que también es barrendero y la ciudad lo "cosifica".
¿Le ha prestado experiencias propias?
Ese es el punto de partida, luego entra lo que es la literatura. Sí que es cierto que luego transcurre en diferentes partes del mundo y son sitios en los que yo he estado, pero el personaje no tiene mucho que ver conmigo.
¿Pamplona tiene un papel importante en la trama o podría desarrollarse en cualquier otra ciudad?
Sí que se habla de Pamplona, de la basura que escondes debajo de la alfombra en la ciudad. Hay, también, una parte que se desarrolla en los Sanfermines. La novela transcurre en los años 80. Yo todos los libros que he escrito son especiales pero con éste siento que es un paso adelante, es dar un puñetazo en la mesa y decir que estoy aquí.
¿Por qué?
Llevo ya casi 15 años publicando y a la vez siento que soy un autor desconocido para el público en general. Yo creo que en este libro, que además ha apostado por mí una editorial de Madrid, es un paso adelante. Ésa es la intención. Yo he hecho cosas muy variadas, desde libros de viajes a obras juveniles y demás, novelas de humor... aquí está un poco todo. Sobre todo, yo creo que es una novela de humor. Y luego es una obra de amor.
También ha hecho biografías para niños. ¿Se nota su pluma independientemente del género de cada libro?
Hombre, yo creo que sí. Hay algunos libros que no te exigen usar el punto de vista del humor. Luego, claro, cada novela es diferente. Está indicando un tono que me ha gustado, que ha tirado de mí y estoy muy satisfecho.
"¡Oh, Janis, mi dulce y sucia Janis!" nace de un blog, ¿sin intención de que fuera una novela después?
Lo fui publicando por capítulos en el blog. Entre el trabajo y los hijos no tenía demasiado tiempo de escribir y me quemaba un poquillo. Empecé a escribir un poco a lo tonto en ese blog, casi como un divertimento, para soltar la mano, pero me di cuenta que me lo estaba pasando muy bien y que la novela iba creciendo y me iba llevando.
También el blog le permitiría ver la respuesta de la gente a cada capítulo.
Sí, eso era muy interesante. Cada capítulo yo lo dejaba en el aire, sí que notaba en la gente que lo iba leyendo cierta expectación. Al final tuve un estímulo para seguir. Luego ya con vistas a publicarlo en papel dejé el blog.