martes, 7 de julio de 2015

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 522.-MONTEPERDIDO (AGUSTÍN JIMÉNEZ)



Título: MONTEPERDIDO
Autor: AGUSTÍN JIMÉNEZ
Editorial: PLAZA Y JANÉS
Trama: Hace cinco años dos niñas de once años desaparecieron del idílico valle pirenaico en el que vivían. Pese a la intensidad de la búsqueda, los intentos por encontrarla fueron infructuosos y tan sólo el padre de una de ellas, contra toda esperanza, continúa su lucha. Pero todo cambia cuando de repente, cinco años más tarde, aparece una de las dos amigas, y se reinicia la búsqueda de la otra, una búsqueda contra reloj ya que no se tienen indicios de si sigue viva o si estará muerta.
Personajes: Santiago Baín, inspector de policía al borde de la jubilación, hombre sosegado y sensato, mentor y protector de su subordinada Sara Campos, buena profesional, pero que a menudo se siente insegura a causa de una adolescencia triste y conflictiva, Víctor Gamero, jefe del puesto de la Guardia Civil, serio y honrado, pero también marcado por unos hechos personales que le dejaron huella, Joaquín Castán, padre de una de las jóvenes desaparecidas, que ha hecho de su búsqueda una cruzada personal por la que ha descuidado todo lo demás, negocio y familia incluidos, Montserrat, mujer de Joaquín, siempre a su sombra, apoyándole aunque sin estar segura del todo de lo que debe hacer, Rafael, hermano de Montserrat, a la que sirve de apoyo, y que ha intentado mantener a flote el negocio de su cuñado pese a no tener los conocimientos ni la preparación suficiente para ello, Raquel, madre de la joven reaparecida, que ya se había resignado a no encontrarla nunca, Álvaro Montrell, marido de Raquel y padre de la niña reaparecida, que tuvo que irse del pueblo tras ser acusado de estar implicado en el caso, Nicolás Souto, veterinario del pueblo al que todo el mundo desprecia, enamorado desde siempre en secreto de Montserrat, y que escribe novelas policacas en el dialecto originario de la comarca, Gaizka, propietario de una empresa de turismo de aventuras, cocainómano y amigo de Álvaro, al que dio refugio cuando tuvo que irse del pueblo, Marcial Lerín, uno de los caciques del pueblo, propietario de una armería, violento y colérico, su hija Elisa, que trabaja en un hostal y a menudo oscila entre la alegría más impostada y la tristeza más absoluta, Ana, la niña secuestrada reaparecida, que intenta volver a vivir aunque sigue guardándose para sí muchos secretos.
Aspectos a Destacar: Frente al tan manido tópico “menosprecio de corte y alabanza de aldea”, Jiménez elige como escenario, alejándose del considerado más clásico de la novela negra, el urbano, un paisaje rural que no deja de ser un microcosmos, aumentado quizás por la cercanía de sus personajes, que se conocen todos entre sí, de las miserias humanas y de hasta dónde podemos llegar para conseguir nuestros objetivos u ocultar nuestros errores y flaquezas, todo ello dentro de una novela que no deja de sorprendernos con sus personajes, sus giros de trama y la consistencia de la historia que se narra en ella.
La Frase: Mentía. El inspector Baín y Sara lo sabían. El ser humano es capaz de normalizar cualquier situación. De adaptarse a ella. La vida, la rutina, siempre se abren paso, por extremo que sea el entorno. Una guerra. Un secuestro. Pasado un tiempo de adaptación, aquello que te hiere al principio, pasa a formar parte del paisaje, se hace cotidiano. Las bombas estallando a tu alrededor sólo te recuerdan que debes ponerte a salvo. El hombre descendiendo a través de la trampilla, también.