Título
original: BURNT PAPER SKY
Autora: GILLY MACMILLAN
Editorial: ALIANZA
Trama: La desaparición de Ben Finch, un niño de ocho
años, mientras paseaba por el bosque con su madre, obligará a la policía de
Bristol a movilizar sus mejores efectivos en una carrera contra reloj para
encontrarlo y encontrarlo vivo. Mientras tanto la madre, que vive angustiada la
espera, deberá hacer frente a una serie de ataques personales a través de
las redes que la convertirán, en lugar
de en una víctima, en alguien a la que culpabilizar por lo sucedido.
Personajes: Rachel
Jenner, madre divorciada de Ben, insegura y siempre a la sombra, primero de su
hermana mayor y posteriormente de su marido, Nicky, hermana mayor de Rachel,
más conservadora, activa y organizada que ella, acostumbrada a asumir en todas
las circunstancias el mando de las operaciones, sean éstas las que sean, Jim
Clemo, inspector encargado del caso, amante de la poesía, Helen Zhang, agente
de policía y compañera sentimental de Clemo, encargada de las relaciones de la
policía con la familia del niño desaparecido, la Inspectora-Jefe Fraser, superiora
de Clemo y Zhang, flexible hasta cierto punto siempre que no interfiera con los
objetivos que se ha marcado en el trabajo, John Finch, padre del niño
desaparecido, médico de profesión, Francesca Manelli, psiquiatra de la policía
que atiende a Clemo de las secuelas producidas por el caso, con el que mantiene
una relación estrictamente profesional aunque intente acercarse a él lo más posible
para ayudarlo.
Aspectos
a Destacar: La narración de la historia desde
el punto de vista de la víctima, pero no la víctima directa que se utiliza para
dar encarnadura a la historia (como puede ser directamente el personaje
asesinado o secuestrado), sino de quien es familiar o allegado de esa víctima,
y no sólo por el lógico sufrimiento que le genera la situación, sino porque a
su vez es convertida, paradójicamente, en “verdugo” por quienes desde las redes
sociales se erigen en jueces y salvadores de la sociedad, lo que acrecienta su
desconcierto, sufrimiento y dolor.
La
Frase: El secuestro de un hijo es la
peor pesadilla de un padre, porque lo primero que te preguntas es: "¿Quién
querría llevarse a un niño?". Y todas las respuestas son terriblemente
alarmantes. Entré en estado de shock. John también. Las caras de los
agentes de policía que nos rodeaban eran sombrías y algunos desviaban la
mirada, una muestra de respeto que resultaba especialmente angustiosa.