lunes, 21 de enero de 2019

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 691.-CUANDO VENGAN LOS MÍOS (EDUARDO RODRIGÁLVAREZ)

Título: CUANDO VENGAN LOS MÍOS
Autor: EDUARDO RODRIGÁLVAREZ
Editorial: TXERTOA
Trama: Bilbao, 1960. Una cuadrilla de amigos, todos ellos enemigos del régimen franquista, mientras juegan sus cotidianas partidas de mus sueñan con matar al general Franco. Hasta que un día alguien les propone llevar esos sueños a la realidad. Pero la realidad va a resultar ser muy diferente a esos sueños, ya que quien es asesinado es, precisamente, el hombre elegido para acabar con el dictador.
Personajes: Anselmo Vela, policía recién llegado a Bilbao desde su pueblo vallisoletano, lector de poesía, tímido y reconcentrado, al que no le gusta el ambiente de violencia que en su comisaría mantienen sus compañeros Liborio y Rober, policías de la vieja escuela partidarios de resolver los casos “repartiendo hostias”, Ernesto Acevedo, el hombre designado para matar a Franco, antiguo combatiente republicano, de ideología difusamente comunista y gran bebedor, acostumbrado a pasar por la comisaría en calidad de detenido, El Dandy, amigo de Ernesto, aficionado a la poesía y amante de una prostituta a la que le recita versos de Machado, El Púrpura, otro de los contertulios de Ernesto, que a su condición de anarquista une la de homosexual, lo que no hace su vida precisamente más fácil, Emiliano, joven anarquista, promotor del asesinato de Franco, aunque se considera más un pensador que un hombre de acción, Aurora, pareja de Emiliano, entusiasta e idealista, Andrade, jefe de Anselmo Vela, que pese a su condición de comisario de policía en pleno régimen franquista siente cierto afecto por Ernesto Acevedo y su grupo de conspiradores.
Aspectos a Destacar: La descripción de una época (los años 60 del siglo pasado) y una ciudad (Bilbao) sumidas en un ambiente asfixiante y una fuerte represión política que, sin embargo, no había conseguido su objetivo de doblegar del todo los sueños e ilusiones de sus ciudadanos.
La Frase: Sabía euskera, pero no lo hablaba. Alguna vez lo utilizaba con su tía, pero solo cuando pensaban que nadie les oía. El euskera estaba mal visto. La represión del franquismo no solo había infundido miedo sino que había conseguido inocular la idea de que era un idioma inculto, hablado por bárbaros para asuntos bárbaros. El miedo al subdesarrollo era equivalente al miedo a las consecuencias de su uso y en las aldeas el mensaje había calado con fuerza.