Título: ALTER EGO. CASO OLIVETTI
Autor: FRANCISCO RULLÁN FERRER
Editorial: LEIBROS
Trama: Durante varios años ha ido
actuando por toda España un peculiar asesino en serie que había estado pasando
inadvertido porque las muertes producidas no podían relacionarse entre sí.
Hasta que tras un nuevo asesinato, fruto de un momento de indignación, decide dar
un paso hacia delante y “reivindicarse” como el “más grande” de los asesinos en
serie, para lo que deberá retar a las propias fuerzas policiales.
Personajes: Fernando Recio, inspector jefe de un grupo dedicado a la
investigación de delitos violentos, que intenta compaginar su dedicación al
trabajo con el cuidado de su hija pequeña y las atenciones a su mujer, sumida
en una profunda crisis psiquiátrica, al tiempo que tiene que bregar con sus superiores,
Ana Barba, joven policía recién salida de la Academia, inteligente y eficaz,
pero que despierta recelos en sus compañeros porque piensan que ha conseguido
su puesto debido a algún “enchufe”, Samuel Jover, hombre acomplejado por su
pequeña estatura y su débil carácter que, como defensa, ha creado un “alter ego”
que le incita a matar, Ruipérez, superior de Recio, más preocupado por medrar
políticamente que por solucionar el caso, María, testigo del primer asesinato,
una persona normal que de repente se ve sumergida en un asunto que la supera, Tatiana,
novia de María, su único apoyo junto a su madre, Juancho, ayudante y hombre de
total confianza de Recio, al que Ruipérez prácticamente obliga a jubilarse
cuando empiezan a indagar en el caso.
Aspectos a Destacar: El novedoso e interesante
punto de vista del narrador, que pese a aparecer como el habitual “narrador
omnisciente” resulta ser la testigo de uno de los asesinatos, el que pone en
marcha la investigación, con su carga de subjetividad e incluso de tensión, al
tratarse de una testigo “protegida” / La relación entre sus personajes
principales, Recio-Barba, una pareja que, presumiblemente, ha venido al “noir”
español para quedarse.
La Frase: Sentir cómo tenía el poder sobre
la vida ajena le hacía sentirse bien. Lo sabía desde que acabó con aquel bebé
llorón. El bebé de “los Martín”. Él fue el primer ser humano de su oscura lista
y todavía guardaba su enorme chupete de goma. Tan sólo tenía catorce años
cuando lo asfixió. Al recordarlo, un leve escalofrío recorrió su espalda.