Título: PISTO A LA BILBAINA
Autor: JOSÉ FRANCISCO ALONSO
Editorial: COSECHA NEGRA
Trama: El secuestro de la mujer de un importante
arquitecto bilbaíno hará que un oficial de la Ertzaintza, que no puede actuar
ya que “oficialmente” el secuestro no se ha denunciado como tal, pida la ayuda
de un buen amigo suyo, un profesor de Filosofía con unos métodos de pensar y
actuar curiosos, pero eficaces. Aunque en lo que de verdad esta interesado el
profesor es en evitar unos desahucios en un barrio que está designado a ser uno
de los ejes de la futura reestructuración urbanística de la ciudad.
Personajes:
Loizaga, profesor de Filosofía más interesado en interactuar con sus alumnos
que en que éstos memoricen los temas, un “bon vivant” aficionado al Athletic y
a la buena mesa, aunque no necesariamente en ese orden, y padre divorciado de
una hija preadolescente, Maite, trabajadora social, hermana de Loizaga, al que
pide ayuda para evitar un desahucio pese a saber que, si lo consigue, su propio
puesto de trabajo está en peligro, Román, ertzaina amigo de Loizaga, al que
sigue sobre todo en sus correrías gastronómicas, Begoña Letxea, la mujer
secuestrada, de fuerte carácter y con las ideas muy claras, Eugenio de
Labastida, importante arquitecto y empresario bilbaíno, marido de Begoña Letxea
y enamorado de ella aunque también de su posición social, Águeda, una mujer
embarazada en peligro de ser desahuciada, excelente cocinera.
Aspectos
a Destacar: El sentido del humor que
trasluce a lo largo de toda la novela, lo que no impide que se haga una mirada
crítica a ciertos aspectos de la vida social de la capital vizcaína y a la
especulación inmobiliaria y quienes la hacen posible, por comisión u omisión.
La Frase: Querían levantar una
ciudad entera diseñada por una arquitecta de prestigio internacional donde
ahora había un antiguo barrio de fábricas abandonadas y viejas casas de vecinos.
Suelo, suelo, suelo. Recalificaciones, construcción de edificios, promotoras
inmobiliarias, hipotecas, pisos para vender, gente comprando, bares, niños
jugando en las plazas, ancianas con carritos. Progreso lo llamaban algunos. En
resumen, una inmensa oportunidad de negocio de cientos de millones de euros.