jueves, 10 de febrero de 2011

LITERATURA VASCA EN HOLANDA

Artículo publicado originalmente en la página web http://www.euskalkultura.com/

La joven editorial Zirimiri Press se ha presentado en Holanda con Emekiro, una selección de cuentos de seis escritoras vascas. Aquí no hay comunidad vasca, ni tampoco euskal etxea y no saben casi nada de Euskal Herria. Como para los holandeses España es muy masculina, nosotros hemos escogido a estas mujeres y su literatura para dar una imagen de Euskal Herria, explica a EuskalKultura.com Henrike Olasolo. En los próximos meses la editorial publicará también Sisifo maiteminez, de Laura Mintegi.
En los últimos tiempos la obra de las mujeres es muy importante, antes no había tantas escritoras euskaldunes, argumenta Olasolo. Las seis autoras seleccionadas nacieron después de 1970, pero en Zirimiri no quieren utilizar la palabra 'generación'. Son muy diferentes, pero sí es verdad que los cuentos tienen algo en común: son historias personales, tienen un poso de intimidad. Presentan a sus personajes en un momento íntimo, en el que se plantean la verdad de sus vidas, explica Olasolo.
El libro reúne estos cuentos: Oihua y Gurutzegrama, de Uxue Alberdi; Dordokak, Plantxa eta Tatuajea, de Jasone Osoro; Nahiago nuke gezurrik ez esan y Hagina, de Eider Rodriguez; Hosting, de Katixa Agirre y Afrikaans brood y Schuim, de Kristina Goikoetxea. Esta última vive en Holanda y escribe en neerlandés. Su obra es un puente entre Euskal Herria y Holanda, explica Olasolo. El libro ha sido publicado con ayuda del Gobierno Vasco.
La traducción de las narraciones, directamente del euskera, ha corrido a cargo del holandés Peter Smaardijk y del propio Olasolo. Smaardijk aprendió euskera en Universidad de Leiden, en las clases que daba allí el euskaltzaina (académico de la Academia de la Lengua Vasca) holandés Rudolf de Rijk. El caso de Olasolo también es curioso. Nació en Madrid, hijo de padre vasco (vizcaíno de Etxebarri, concretamente), y aprendió euskera oyéndolo en casa y en las clases de la Euskal Etxea de Madrid.
Olasolo vive en Amsterdam desde hace ocho años, con su mujer Cristina Richarte. Siempre he amado a Euskal Herria, y quería hacer algo relacionado con ella. Mi mujer, al ser de los Països Catalans, también quería hacer algo relacionado con la cultura catalana, y así nació la idea de dar a conocer en Holanda la literatura y el ensayo de idiomas como los nuestros, explica.
El nombre, Zirimiri, les pareció muy adecuado a los dos. En holandés zirimiri se dice motregen, y es un concepto que se entiende fácilmente. Eso es lo que queremos hacer, poco a poco, como cae el sirimiri, hacer que la cultura vasca vaya calando en Holanda, concluye.

STARSHIP TROOPERS / TROPAS DEL ESPACIO (ROBERT A. HEINLEIN)

LA NOVELA: La Tierra, siglo XXIII: Johnnie Rico acaba de cumplir los dieciocho, y por fin se puede alistar en el Ejército para cumplir con el servicio de dos años, tras el cuál se convertirá en un ciudadano con derecho al voto. A instancias de un amigo, Rico se alista en la infantería móvil. Tras un duro periodo de instrucción en el campamento Arthur Currie, bajo las órdenes del sargento Zim, Rico se convirtió en un soldado cualificado. Mientras tanto, una especie alienígena con aspecto de insecto gigante ataca la Tierra con una violencia inusitada, convirtiendo la ciudad de Buenos Aires en un amasijo de escombros. Es el momento de que Johnnie Rico y sus compañeros prueben su valía en un combate real... en el espacio.

RESEÑAS: ‘Starship Troopers’ es un clásico, imprescindible por sí mismo y por su posterior influencia en varias generaciones de autores. Sin él, Joe Haldeman nunca hubiese podido escribir ‘La guerra interminable’. (Review Journal)
Las sociedades imaginadas por los mejores autores de la ciencia ficción siempre estarán rodeadas de un cierto halo de polémica: el Arrakis de ‘Dune’, la fortísima militarización de ‘Starship Troopers’... Es la base de su éxito. (New York Newsday)
Robert A. Heinlein es uno de los escritores que, con el devenir de los tiempos, más han contribuido a cohesionar y a entregar entidad al género de la ciencia ficción. (Stardust)

EL AUTOR: Robert A. Heinlein nació en Missouri en 1907 y se graduó en matemáticas y física por la Universidad de California. Su primera novela, Rocket Ship Galileo, se publicó en 1947. Otras de sus obras son: Estrella doble, Tiempo para amar, La luna es una cruel amante, El granjero de las estrellas, Puerta al verano y Amos de títeres, publicadas en La Factoría de Ideas, algunas galardonadas con el premio Hugo.
Heinlein fue comentarista invitado en el primer alunizaje del Apolo 11. En 1975 recibió el galardón de Gran Maestro por toda su obra literaria en los premios Nebula. Su obra es una de las más vastas y reconocidas que se han escrito. Brillante y polémico, su trabajo no deja nunca indiferente al lector y es una referencia clave para entender la evolución del género. Murió en 1988.

CARTA DE LA LIBRERA NEGRA Y CRIMINAL: EL ÚLTIMO BUEN BESO

Los libros que me subo a casa algunos sábados al cierre de la librería suelen ser unos privilegiados. Van a ser leídos de otra manera.
De un tirón, diríamos. La placentera lectura, en cama, del domingo a primera hora de la mañana, tarde y noche en sesión continua, les asegura una atención esmerada. Suelo subir más de uno. Cuando era joven tenía tiempo para concederles a cada uno las 50 primeras páginas, a veces hasta cien. Con los años, ha ido bajando en número el volumen de estas, al extremo de no atreverme a contarles las que le dedico hoy en día a cada libro antes de dejarlos o no en mi cuneta literaria. No suelo equivocarme. A veces con el primer punto y aparte tengo bastante para saber que el libro que me ha seducido, el que me ha dicho “léeme” desde la mesa de novedades, me va ha proporcionar el placer que le pedía al llevármelo a pasar el fin de semana conmigo.
Así comienza El último buen beso de James Crumley:
Cuando finalmente localicé a Abraham Trahearne, estaba tomando cerveza junto a un bulldog alcoholizado que respondía al nombre de Fireball Roberts en un antro destartalado de las afueras de Sonoma, California, apurando hasta la última gota de una hermosa tarde primaveral.
Otras veces había querido leer a James Crumley. Ha sido una asignatura pendiente desde que fue publicado en “la cua de palla” (L'últim petó autèntic). Ahora se acaba de publicar en la cada vez más extensa colección serie negra de RBA que apuesta por descubrirnos buenos autores actuales y a la vez recuperar grandes clásicos de la literatura negrocriminal. Así ha sido como ha llegado a la mesa de novedades de la librería y a mis manos.
Volvamos a El último buen beso de James Crumley.
Una maravilla y, ¡Dioses sean loados!, de nuevo el reencuentro con una novela de género. Con lo bien que están los géneros enteros cada vez mas escritores se empeñan en romperlos. Claro que nos gustan autores como Patrick McCabe o Tim Krabbé, por citar solo a dos, con sus personajes incómodos y descarnados, pero descubrir a Crumley y su detective C.W Sughure nos hace rejuvenecer. Nos devuelve a aquellos días en que leíamos por primera vez a Chandler y nos enamorábamos de Marlowe.
El Marlowe de Crumley, Sughure, es un detective privado que se especializa en buscar a gente desaparecida o fugada. Un trabajo poco apasionante pero que le permite beber en todos los bares que se cruzan en su camino. Un personaje al que no le duele arreglar las cosas al modo del salvaje oeste, pero que al mismo tiempo desborda mares de ternura a lo Douglas Sirk. Sughure es un predecesor de los protagonistas como Harry Bosch sobrevivientes, aunque dañados, de la guerra del Viet Nam
El autor, James Crumley tiene un estilo de escritura personal e intransferible. No gasta florituras, ninguna palabra es inútil. Dibuja en “línea clara” ambientes en los que sus personajes, perdedores siempre, tienen su lugar. Lo tiene hasta un baboso perro bulldog, borracho que responde al nombre de Fireball.
La historia de El último buen beso no es trepidante, ni sanguinolenta, ni tiene un gran suspense, pero les aseguro que seguirán sin resuello cada uno de los movimientos de los magníficamente perfilados personajes de la trama hasta el perfecto final.
Voy a leer más libros de Crumley. Por el momento los que tengamos en el fondo de Negra y Criminal.
Agradezco a la editora Anik Lapointe que rescatara este libro y lo pusiera a mi alcance del mismo modo que creo que me agradecerán haberles hablado de El último buen beso.

SINOPSIS: C. W. Sughrue -ex oficial del Ejército, alcohólico y mujeriego- representa el arquetipo del investigador privado de la América posterior a la Guerra de Vietnam. De gatillo fácil y escasos escrúpulos, mientras trabaja en un bar de topless de Montana recibe el encargo de encontrar a un escritor en paradero desconocido. Sin que Sughrue lo pretenda, su búsqueda le llevará a interesarse por la desaparición de una joven diez años atrás en San Francisco. Esta nueva tarea, sin embargo, se convertirá en un intrépido viaje a las entrañas de una nación que sufre las consecuencias psicológicas de una guerra, con sus pesadillas y sus sombras aflorando a cada paso. Con su prosa elegante y un retrato sin concesiones de una sociedad en decadencia, El último beso honesto es una experiencia llena de trepidante acción, cruel ironía y crítica brutal al género humano. El sexo, el dinero, la corrupción, la violencia y las drogas se hacen un hueco en una fascinante historia donde lo más importante es dejar atrás el propio pasado.