lunes, 13 de julio de 2015

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 525.-LA JUSTICIA DE SELB (BERNHARD SCHLINK & WALTER POPP))



Título: LA JUSTICIA DE SELB
Título original: SELBS JUSTIZ
Autores: BERNHARD SCHLINK & WALTER POPP
Editorial: ANAGRAMA
Trama: Gerhard Selb, un detective privado de edad avanzada, es contratado por el director de un importante emporio de industrias químicas, para que averigüe quién está saboteando informáticamente sus redes. Pese a su alejamiento de las nuevas tecnologías Selb aceptará el encargo, sin saber que ello acabará enfrentándole a su pasado y el de su país.
Personajes: Gerhard Selb, sesentón viudo propietario de un gato, antiguo fiscal de la Alemania nazi reconvertido en detective privado que reniega de su pasado, Korten, cuñado de Selb, amigo, mentor y protector en su lejana infancia, que ha llegado a ser uno de los industriales más importantes de la Alemania de la postguerra, Philipp, médico amigo de Selb, mujeriego empedernido a más no poder, aunque buen profesional y buen amigo, Mischkey, empleado de una agencia federal que trabaja en el mismo sector en el que están implicadas las empresas dirigidas por Korten, Judith Buchendorff, secretaria de dirección del emporio de Korten, joven decidida y brillante, Brigitte Lauterbach, amiga de Selb, que se considera una “mala madre” porque no quería serlo, necesitada de dar y recibir cariño, Firner, adjunto a Korten, la “voz de su amo”, Tyberg, viejo científico que en el pasado fue condenado a muerte por un tribunal en el que ejercía de fiscal Selb.
Aspectos a Destacar: Primera novela de la trilogía dedicada a Selb, que luego continuaría en solitario Bernhard Schlink / Las novelas de Selb son un ejemplo de recuperación literaria de la “memoria histórica” relativa a los horrores de la Alemania hitleriana y una reflexión sobre la culpa y expiación de aquellos horrores y su efecto en el devenir de la propia Alemania.
La Frase: Hacia la épca de la reforma monetaria se empezó a emplear de nuevo a colegas con un pasado comprometido. Es probable que entonces yo hubiera podido volver a la justicia. Pero veía el efecto que producían en mis colegas los esfuerzos de esta reincorporación y la reincorporación misma. En lugar de sentimientos de culpa tenían la sensación de que con el despido se cometió una injusticia contra ellos y de que la reincorporación era una especie de desagravio. Esto me daba asco.