domingo, 23 de noviembre de 2014

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 492.-AJUSTES EN LA ALCALDÍA (JUAN IGNACIO MONTIANO)

Título: AJUSTES EN LA ALCALDÍA
Autor: JUAN IGNACIO MONTIANO
Editorial: VEN Y TE LO CUENTO
Trama: El alcalde de un pueblo turístico, que en las últimas décadas (desde que él mismo asumió, en un principio, el cargo de concejal de urbanismo) creció y se desarrolló de un modo incontrolado, es asesinado mientras dormía en su cama la borrachera, al parecer con un potente y sofisticado fusil de mira telescópica. Los motivos de su asesinato parecen evidentes, y los posibles sospechosos también, por lo que habrá que detenerles antes de que el escándalo, y con él sus indeseables consecuencias, crezca.
Personajes: Luis García Otwen, inspector de policía que aparece en las anteriores novelas de Montiano, sólo que en este caso más escéptico que nunca y al borde de la jubilación, Menchu, empleada del hogar al servicio del alcalde asesinado, del cual era amante ocasional no por placer sino por mantener su puesto de trabajo, Ramón Roca, constructor que había hecho en más de una ocasión negocios con el alcalde asesinado, previo pago de sus favores, y que tenía una aventura con su mujer, Lola Ruiz, antiguamente la chica más deseada y exuberante del barrio y en esos momentos operada de todo lo operable, Luyando, médico forense que tras una extensa carrera profesional viendo cómo la gente muere de forma violenta se dedica a comer, beber y fumar ya que jamás ha visto fallecer a nadie a causa de ese tipo de excesos, Nikolay Vorobiov, sobrino de un jefe mafioso ruso encargado de desarrollar sus negocios en España.
Aspectos a Destacar: Con una anécdota que aparentemente es tópica e incluso banal, la muerte de un alcalde corrupto de un pueblo turístico mediterráneo, el autor construye una novela en la que sin desdeñar la denuncia social de esos hechos, nos sumerge en una historia repleta de humor y con unos giros sorprendentes que nos sitúan más allá de lo que intuíamos en un principio, cuando empezamos a leerla.

La Frase: La ciudad siguió su curso. A aquel alcalde le sustituyó otro que hizo su trabajo lo mejor que pudo y seguramente más controlado por las distintas comisiones de gobierno. Se empezó a perseguir de forma pertinaz la corrupción, no siempre con éxito, claro. Porque, ¿quién persigue a los que persiguen a los corruptos?