Berdi, un integrante de la Organización y protagonista de
la novela, llega a su ciudad de nacimiento tras años huido en Sudamérica. Ahora
trabaja para una red de narcotráfico y tiene el encargo de encontrar y asesinar
a la persona que a su vez ha asesinado a un enlace de la Red.
Tras
cruzar un puente, la Ciudad apareció por fin ante mis ojos. Allí estaba, tantos
años después, la vieja urbe, encaramada sobre el alto, delineado su belicoso
contorno por el lecho del río, con sus casas agazapadas, amontonadas las unas
contra y sobre las otras, constreñidas por robustas murallas, temerosa de lo
que pudiera venir de su exterior, dispuesta a asestar un zarpazo a la más
mínima provocación.
Entrevista publicada en el diario NOTICIAS DE NAVARRA (http://www.noticiasdenavarra.com/2015/08/21/ocio-y-cultura/cultura/la-novela-refleja-algunos-episodios-violentos-de-los-anos-70-en-navarra)
el 21 de agosto de 2015.
Desde la primera página, el lector queda
enganchado en la trama, cuando parece que el protagonista, en primera persona,
quiere desvelar todos sus secretos más oscuros.
Esto es lo que da fuerza a la historia. Además,
escribirla en primera persona le da garra, le da certeza. Estas primeras
páginas son una revelación absoluta y una forma de reivindicar la palabra
contra la violencia.
Berdi, el protagonista, es quien da nombre al
libro. ¿Cómo describiría este personaje?
Berdi es una persona que pertenece a una Organización, en
la que ingresa debido a su historia familiar. Es una persona llena de venganza
más que ideales, pero poco a poco descubrimos que es alguien que no encaja en
el prototipo de alguien de la Organización. Es culto, inquieto...
Hace referencia a una Organización, un Capo,
un Enlace... Personajes a los que no se ponen nombres pero son un recuerdo de
alguna realidad vivida en el pasado.
En la novela nunca uso nombres concretos porque hay
episodios que son reales y otros que no, y personas que son reales y otras que
no. Además, siempre me ha gustado el juego de nombrar algo sin dar su nombre
propio. Por ello, muchos lugares recuerdan a ciertas zonas de Pamplona, aunque
no se nombren como tal.
Avisa de que se trata de una novela ficticia
pero, ¿tiene algo de realidad?
Todo el mundo que haya vivido en Navarra durante los años
70 ha vivido episodios violentos que se convertían en el día a día. Hay cosas
en la novela que yo sí que viví.
Se hila el suspense hasta el final. ¿Son
todos los episodios violentos o hay alguno más relajado?
A través de la incertidumbre que recorre toda la novela,
se descubren episodios muy violentos y otros más reflexivos sobre el amor, la
identidad o el paso del tiempo.
¿Qué reflexión saca con Berdi?
Con este libro cuestiono para qué ha servido tanta
violencia, independientemente de las implicaciones políticas.
La novela, además de ser la primera que
publica, es una autoedición.
Contacté con unas 150 editoriales y agentes literarios
pero no tuve respuesta, así que opté por publicarlo yo mismo. Hice la portada,
maqueté el libro ahora me encargo de su distribución.
¿Cómo funciona la distribución sin una
editorial que la respalde?
Yo llevé el libro a las librerías y a bibliotecas.
También lo distribuí a través del bookcrossing y sigo pensando en lugares
nuevos donde dejarlo. No creo que tenga que dar la chapa a las editoriales con
mi libro. Confío en que la gente lo vea y le entre la curiosidad.