lunes, 31 de agosto de 2009

VASCOS Y CRIMINALES: JUAN IGNACIO MONTIANO

Juan Ignacio Montiano es un escritor guipuzcoano que poco a poco ha ido creando una obra muy personal en la que une, a menudo, lo propiamente negro con lo fantástico, en una mezcla que funciona perfectamente sin que nos demos cuenta, hasta que acabamos de leer sus novelas, de que nos ha convertido en cómplices de sus juegos literarios.

EL CADÁVER DE PORQUERIZA (Opera Prima, Madrid, 1995)



 Ubicada en Castilla, en el imaginario pueblo que da nombre al relato, cuando lo leemos no podemos evitar el sentirnos a la sombra de Machado, sumidos en la contemplación de esos pueblos resecos, llenos de polvo y miseria, de tristeza y soledad. El autor crea un clima asfixiante y aunque la trama enseguida nos encandila vamos notando poco a poco que nos falta el aire. Estamos deseando acabar la novela para conocer su final pero también para alejarnos de ese cerrado mundo de caciques autoritarios, mujeres sumisas y reprimidas e intolerancia sexual que con gran brillantez recrea el autor. Un mundo que todavía existe mal que les pese a los fanáticos de Internet y que no es exclusivo de esa machadiana Castilla que describe Montiano.

ZAINO (Editorial Alhulia, Granada, 1997)


El fabuloso Zaino de Perla, mis falsos atentados, el camaleón del comisario Antúnez...; desde luego, prefiero un degollado en la taberna de un pueblo, pensó Luis Garcia Otwen, que se veía metido en un fregado de mucha grasa incrustada. Y es que el inspector García Otwen no podía creerse lo que para su compañera era una realidad aplastante. Alguien o algo estaba, entre las sombras, impartiendo su peculiar justicia a base de cornadas."

LOS VAGABUNDOS (Hiria Ediciones, Donostia-San Sebastián, 2004)


Un lector cualquiera, que se encuentra convaleciente de una intervención quirúrgica, compra a través de Internet una novela por entregas. Cada día recibe un capítulo, capítulo que no podrá imprimir y que desaparecerá al terminar dicha jornada. Las historias que va leyendo no parecen estar relacionadas, pero la última de ellas guarda una sorpresa...
Reseña de “Los vagabundos” que escribí para la revista digital LA GANGSTERERA:
Cuando leemos este libro la primera duda que nos asalta es si nos encontramos ante una novela o una recopilación de relatos. El autor empieza por presentarnos a un personaje innominado, convaleciente de una operación de apendicitis que amuebla su obligado reposo, leyendo en su ordenador una serie de relatos.
Unos relatos sin aparente relación entre sí, o al menos eso es lo que se deduce en un primer momento. Se trata de varias historias con diferentes personajes. Narraciones que van desde un típico relato negro, sobre unos asesinatos en serie en la guipuzcoana villa de Mondragón, hasta el que nos cuenta las ansias de un cuarentón, discapacitado psíquico, que espera la llegada de la mágica noche de los Reyes Magos. Las pesadillas de un interno en el corredor de la muerte, que desea cuanto antes sentarse en la silla eléctrica para huir de sus delirios, a las vicisitudes de un mirón cuyo único objeto en la vida es espiar los actos sexuales de los demás; pasando por las consecuencias que para una pareja homosexual tiene un pequeño accidente sin importancia; el accidente, aparentemente más grave, de un cosmonauta soviético en la MIR o los celos de un niño de cinco años ante la llegada al mundo de su hermano menor.
Relatos de diferentes tipos genéricos y variado contenido argumental, que por sí solos resultan muy logrados, pero que obligan a preguntarse si de verdad estamos ante una novela.
Lo estamos. Exactamente, ante la tercera de
Juan Ignacio Montiano, que anteriormente ha publicado dos otras de género negro, El Cadáver de Porqueriza y Zaíno.
Una novela que une los mencionados relatos por medio de un curioso giro argumental, logrando una coherencia de un modo un tanto extraño e inusual pero no por ello menos creíble.
Montiano que, principalmente en su segunda novela, ya había experimentado con lo fantástico, no duda esta vez en usar los registros de unos personajes aparentemente irreales (un asesino que sobrevive y se fuga de la prisión, después de ser ejecutado en la silla eléctrica; un astronauta ruso que es despedido de la estación MIR y aparece milagrosamente ileso en nuestro planeta) para narrar una historia de venganza en clave negra, o mejor dicho, un proceso de venganza que discurre paralelo con la búsqueda de identidad del protagonista.
La novela es un ejemplo del mestizaje de géneros y de la apertura de lo negro a otros ámbitos, aunque al final, como en una historia policíaca de las de siempre, se resuelven los asesinatos de Mondragón, se averigua cuál es el secreto de esos extraños personajes y cerramos el libro con la sensación de que cada pieza ha encajado en su lugar y todo ha quedado perfectamente ensamblado.
Hasta que nos percatamos, que hemos asumido sin cuestionárnoslo que el asesino tenga poderes sobrenaturales, que un ser humano pueda residir en el interior de otro o que la estancia continuada en una nave espacial haga de una persona un ser inmune a los efectos de la gravedad. ¿Nos ha engañado el autor? Podemos estar tranquilos, no se trata de eso, sencillamente nos hemos dejado cautivar por un escritor al que no la he temblado el pulso a la hora de narrarnos una historia extraña, ciertamente, pero sobre todo una historia hermosa.


EL FABRICANTE DE DRAGONES (Hiria Ediciones, Donostia-San Sebastián, 2005)


Una aventura sobre dragones, en las que se entrelaza con humor una versión de leyenda medieval con una novela de género (negro).

TODO VALE (Ven y te lo cuento Ediciones, Barcelona, 2010)


Una inquietante y acusadora novela que te atrapa desde el comienzo, en la que hay un muerto, un sospechoso y una investigación policial. Y es que un triunfador de la radio, por culpa de uno de los programas que dirige, se ve envuelto en un lío del que es incapaz de salir. Lo que tenía que haber sido una simple broma se convierte en una pesadilla.La angustiosa situación le llevará a reflexionar severamente sobre su vida, sobre su maravillosa vida de éxito en la que todo vale.