martes, 21 de julio de 2009

LA SEMANA NEGRA DE GIJÓN VISTA POR LA LIBRERÍA NEGRA Y CRIMINAL DE BARCELONA

Ya acabó la edición 22 de la Semana Negra de Gijón. Cada día rodeados de ciudadanos y de cariño. Hay varios modelos o formas de montar un festival negrocriminal. En Gijón han optado por el modelo Hemingway: Si Paris era una fiesta, Gijón es una fiesta durante la Semana Negra. Y sigue funcionando, con el ardor juvenil de los 22 años. Paco Ignacio Taibo II terminó su discurso de clausura, convocando la 23ª Semana.
Como dice Ricardo, la verdadera alma (y corazón y vida) del stand de Negra y Criminal en Gijón, cuando cerramos la última caja para devolución: ”Ya falta menos para la Semana del año que viene”. Y Chema Huerga asiente, cariacontecido.
Recién llegado, y sin haber desecho las maletas, la librera me “ordena” que me ponga al teclado a contarles algunas cosas, antes de que el estrés del trabajo pendiente me deshaga la enorme maleta de recuerdos y sensaciones que uno se trae de Gijón.
Gijón, es sin duda una de las ciudades más habitables de España. Por la calidez de sus gentes. Llega el librero sudoroso y cansado (RENFE sólo tuvo dos horas de retraso) a la parada de taxis, y después de los tres primeros, la chica al que le tocaba el próximo, te lo cede, por que ella no tiene ninguna prisa, y yo voy cargado de maletas y bolsas. Una escena así en Madrid y Barcelona es pura ciencia ficción. Y no ha sido, ni mucho menos, la única.
“¿Pero tu crees que todavía queda gente que no haya comprado el primer tomo del Larsson?”, le dice el librero a la librera antes de hacer el pedido para la Semana Negra. Y se acuerda cuando el primer fin de semana se queda sin ejemplares, y dos días después sin ejemplares del II tomo. Menos mal que le dio tiempo a reponer. Es que ya saben los que le conocen, que, a veces, el librero es duro de oído.
En Gijón te encuentras con alguien que te comenta: "Me gustó mucho el libro que me recomendó el año pasado" Y a los que estamos detrás del mostrador se nos pone cara inexpresiva y comienzas el interrogatorio a tratar de averiguar algo más. Lo más terrible es cuando te aclara que no era de aquí, tú afirmas. “Ah vale, era español”, y te aclaran aún más, que no, que se refiere a que no era de Gijón, lo que te deja el campo de posibilidades sensiblemente acotado.
Para muchos autores, es su primera Semana Negra. Uno de ellos era Daniel Vázquez Sallés, que vino como periodista y que ganó el segundo premio del concurso de karaoke, y que supo esquivar, como un buen Messi, la posibilidad de que le tocara el horroroso trofeo del primer premio. No somos capaces de describirlo.
Daniel Vázquez Sallés también protagonizó uno de los muchos actos de solidaridad cotidiana que se dan en la Semana. Acudió en auxilio de un periodista italiano que se disponía a probar por primera vez la fabada, pero con cuchillo y tenedor, pinchando una a una “les fabes”. Vázquez Sallés acudió presto, con una cuchara redentora. Por cierto Vázquez Sallés nos aseguró que la novela que esta escribiendo será negrocriminal.
Luis Gutiérrez Maluenda estuvo en nuestro stand firmando ejemplares de su libro, Una anciana obesa y tranquila, editada por Difácil. Pero al lado tenía ejemplares de La mala mujer, de Marc Pastor, de RBA Serie Negra, y como son amigos también la recomendaba. Un señor quería regalar La mala mujer, y no cejó hasta que Luis Gutiérrez dedicó el libro, por delegación, con amistad autoral.
Ricardo Bosque también dedicó un ejemplar de Suicidio a crédito, su última novela, editada por Mira, pero no tenemos la capacidad de Marco Ferreri o Luis Buñuel para contarles la escena.
Y muchos libros, se vendieron muchos libros. Es un placer, tener la posibilidad de recomendar libros y descubrir nuevos autores a excelentes lectores y lectoras como andan por las calles de la Semana Negra. Vendimos los que nos gustan: El Huracán, de James Lee Burke, El poder del perro, de Don Winslow, Trago amargo, de F.G Haggenbeck (recuerden: se puede leer de corrido, pero no se debe beber de corrido), El corazón del cazador, de Deon Meyer, la edición española de Tiempo de alacranes, de Bernardo Fernández, etc.
Ricardo, consiguió vender todos los ejemplares de La ternura de los lobos, de Stef Penney, y qué grata sorpresa fue quedarnos sin ejemplares de Siete maneras de matar un gato, de Matías Néspolo. Prometemos cuando elaboremos los datos, darles una estadística.
Y prometemos contarles cosas de Fred Vargas.
Queremos terminar compartiendo con ustedes, las palabras de Ángel de la Calle, el director de A Quemarropa, el periódico que milagrea cada día, con su presencia a las diez de la mañana por lugares de Gijón, en el último número, de este año : “Lo que tengo que recomendar hoy, son compras de libros (masivas a poder ser) que el verano es buen momento para pasar páginas, tras su lectura. Esta tarde me dejaré caer por la Feria del Libro, y en Negra y Criminal, la librería barcelonesa que pone su stand en SN, dirigida por mano maestra y desinteresada, por el conocedor del noir y activista cultural, Paco Camarasa. Hombre clave del buen desarrollo del género negro en España”.

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