LA NOVELA: Sora desapareció hace veinte años. Phineas, su hermano, aguarda esperanzado su regreso. Todas las tardes sube con unos amigos al tejado número diecisiete para vigilar las dos entradas al pueblo: la carretera y la estación de ferrocarril.
Pero es extraño que su hermana vuelva, nadie que desapareciera en la época del Libro de Barda ha regresado. Una serie de grabaciones hechas por unos médicos forenses conocidas como «las cinco grabaciones de Londres» pueden ayudarle a conocer la verdad.
Unai Elorriaga propone en Londres es de cartón un escenario y un tiempo alegóricos para retratar la esencia de las dictaduras, las que pasaron y las que aún hoy persisten. La libertad, el coraje, la traición, la búsqueda de pistas imprecisas y la censura son algunos de los temas que recorren esta sorprendente novela que aúna humor, intriga y locura.
RESEÑAS: Unai Elorriaga retira las líneas y las coordenadas de la literatura convencional y las lleva a otro sitio: al territorio de la literatura que nos sorprende y que no tiene ninguna clase de complejos. (Harkaitz Cano, Elkar Aldizkaria)
Aquel autor que nos sorprendiera con su galardonada primera obra está fortaleciendo su bibliografía poco a poco. En el futuro se convertirá en un escritor vasco de referencia, si de hecho no lo es ya. (Aritz Galarraga, Gara)
Elorriaga ha demostrado que es un artista de la escritura. Su imaginación es desbordante y puede construir mundos que los demás ni siquiera sospecharíamos. Es increíble su capacidad de provocar ritmos y profundidades diferentes utilizando técnicas distintas. (Hasier Etxebarria, ZuZeu.com)
Entrevista publicada en el periódico Noticias de Gipuzkoa el 2 de febrero de 2010. Redactor: Ander Egiluz Beramendi
La cuarta novela del escritor Unai Elorriaga (Getxo, 1973), 'Londres es de cartón', acaba de publicarse en castellano como 'recibimiento' a su autor, que regresa de un periplo estadounidense para presentar 'Plants don't drink coffee', es decir, 'Vredaman'
Se publica su última novela, Londres es de cartón, en castellano. ¿Qué acogida ha tenido el libro en su primera versión, en euskera?
Hasta la fecha, al menos, bastante buena. Últimamente, he estado algo ausente, con esto de la gira por Estados Unidos, pero las críticas que he podido leer han sido positivas. Ha habido mucha gente a la que le ha parecido un libro muy bueno, a otros no tanto, como siempre, pero nadie me ha hecho una mala crítica y eso siempre está bien. Y, al margen de los críticos literarios, los lectores, en general, también se han mostrado contentos.
¿Cómo cree que responderán los lectores ahora?
Eso nunca se sabe. El mismo libro en distintas lenguas a veces recibe críticas antagónicas, así que no sabes por dónde irán los tiros. En Estados Unidos, estoy escuchando comentarios que no me habían hecho en la vida. Por eso, siempre que publicas algo nuevo tienes esa incertidumbre.
Su intención era que el libro se publicase en los dos idiomas a la vez. ¿Por qué se ha retrasado en castellano?
Una cosa es lo que quiera el autor y otra cosa el programa que tengan las editoriales; algunas tienen programado todo con dos años de antelación. Yo les comenté que me gustaría publicarlos a la vez pero es difícil que te puedan hacer un hueco. Al fin y al cabo nadie te pone una fecha para terminar la novela, pero es que tú tampoco sabes cuándo la terminarás; no hasta que te quede menos de un mes, por lo menos.
¿Se publicará en digital Londres es de cartón?
Sé que Elkar la tiene preparada para e-book, pero no te puedo asegurar que en castellano esté, aunque lo más lógico es que también salga.
¿Qué le parece lo de cambiar el papel por la pantalla?
Mientras se consiga una buena definición para leer el texto a mí me parece incluso mejor que el libro en sí, ¿para qué gastar tanto papel? A todos nos gustan los libros pero, como todo lo romántico, desaparecerá. Como la pluma y la máquina de escribir. Otro tema es la piratería.
¿Da miedo?
No gano mucho por los libros pero que lo poco que cobras te lo roben... Da mucha rabia que un libro en el que has trabajado cuatro años alguien se lo baje en un minuto. Quizá haya que cambiar un poco la voluntad de la gente y pensar que todos tenemos que vivir de nuestro trabajo.
"Londres es de cartón" trata un tema tan delicado como las dictaduras que, en esta ocasión, no ha querido maquillarlas con inocencia como en sus anteriores novelas. ¿Fue porque le apetecía cambiar de registro o porque el tema se lo pedía?
Un poco por las dos cosas. Sí que quería cambiar de estilo pero el tema me lo pedía, todo va unido. Creo que cada tema tiene su forma y si vas de temas familiares a temas más sociales, debes cambiar la forma. La literatura tiene que sorprender al lector. Sorprendí con "SP (SPrako tranbia)" y quise sorprender también con "Londres kartoizkoa da".
La literatura debe ser universal y los temas que trata en sus novelas lo son. ¿Cree que esto ayudará a que el lector estadounidense se sienta identificado con sus textos?
Hay escritores para quienes la literatura es una forma de expresión de sus propias experiencias, pero yo sí que creo que mi literatura tiene que ser esencial. Yo escribo sobre las cosas que para mí son esenciales: la muerte, la infancia, la familia y, en este libro, sobre la dictadura. Muchas veces, lo que es esencial para uno suele serlo también para otras muchas personas. En Estados Unidos la gente que lo ha aceptado bien por eso mismo. Por ejemplo, hice una lectura en la Biblioteca del Congreso -donde se hacen lecturas en el idioma original desde 1940, las graban y allí las tienes para que sean escuchadas- y la mujer que me grababa, una mujer húngara que llevaba viviendo allí toda la vida, me pidió, por favor, que siguiese leyendo el texto, que no parase. Por lo visto, el tema de la dictadura le había marcado.
¿Ha sido bonita la experiencia de Estados Unidos?
¡Flipante! En Washington di una charla a la que se acercaron más de cien personas; eso no me pasa ni en mi pueblo. En Nueva York, también, un montón. Además, de repente, te encuentras con fans que se han leído todos tus libros y que están encantados. Recuerdo que a la charla de Nueva York fue un hombre que era de Nueva Jersey y que se acababa de enterar de que yo estaba allí; cogió el coche y se fue sin pensarlo a la charla. Ya me han ocurrido tres casos de esos.
La competencia editorial allí es bestial. ¿Cómo se hace hueco un escritor de una lengua minoritaria?
Hueco no te haces nunca, yo creo. En los países anglosajones las traducciones sólo suponen el 3% del mercado y el resto es producción propia. Y dentro de ese 3% están todos los noveles y todos los grandes, así que tú eres el último de entre los últimos. Si algún periódico hiciese una reseña sobre alguna de las novelas... Pero bueno, que una editorial estadounidense se haya fijado en mis libros ya es mucho.
Pero es extraño que su hermana vuelva, nadie que desapareciera en la época del Libro de Barda ha regresado. Una serie de grabaciones hechas por unos médicos forenses conocidas como «las cinco grabaciones de Londres» pueden ayudarle a conocer la verdad.
Unai Elorriaga propone en Londres es de cartón un escenario y un tiempo alegóricos para retratar la esencia de las dictaduras, las que pasaron y las que aún hoy persisten. La libertad, el coraje, la traición, la búsqueda de pistas imprecisas y la censura son algunos de los temas que recorren esta sorprendente novela que aúna humor, intriga y locura.
RESEÑAS: Unai Elorriaga retira las líneas y las coordenadas de la literatura convencional y las lleva a otro sitio: al territorio de la literatura que nos sorprende y que no tiene ninguna clase de complejos. (Harkaitz Cano, Elkar Aldizkaria)
Aquel autor que nos sorprendiera con su galardonada primera obra está fortaleciendo su bibliografía poco a poco. En el futuro se convertirá en un escritor vasco de referencia, si de hecho no lo es ya. (Aritz Galarraga, Gara)
Elorriaga ha demostrado que es un artista de la escritura. Su imaginación es desbordante y puede construir mundos que los demás ni siquiera sospecharíamos. Es increíble su capacidad de provocar ritmos y profundidades diferentes utilizando técnicas distintas. (Hasier Etxebarria, ZuZeu.com)
Entrevista publicada en el periódico Noticias de Gipuzkoa el 2 de febrero de 2010. Redactor: Ander Egiluz Beramendi
La cuarta novela del escritor Unai Elorriaga (Getxo, 1973), 'Londres es de cartón', acaba de publicarse en castellano como 'recibimiento' a su autor, que regresa de un periplo estadounidense para presentar 'Plants don't drink coffee', es decir, 'Vredaman'
Se publica su última novela, Londres es de cartón, en castellano. ¿Qué acogida ha tenido el libro en su primera versión, en euskera?
Hasta la fecha, al menos, bastante buena. Últimamente, he estado algo ausente, con esto de la gira por Estados Unidos, pero las críticas que he podido leer han sido positivas. Ha habido mucha gente a la que le ha parecido un libro muy bueno, a otros no tanto, como siempre, pero nadie me ha hecho una mala crítica y eso siempre está bien. Y, al margen de los críticos literarios, los lectores, en general, también se han mostrado contentos.
¿Cómo cree que responderán los lectores ahora?
Eso nunca se sabe. El mismo libro en distintas lenguas a veces recibe críticas antagónicas, así que no sabes por dónde irán los tiros. En Estados Unidos, estoy escuchando comentarios que no me habían hecho en la vida. Por eso, siempre que publicas algo nuevo tienes esa incertidumbre.
Su intención era que el libro se publicase en los dos idiomas a la vez. ¿Por qué se ha retrasado en castellano?
Una cosa es lo que quiera el autor y otra cosa el programa que tengan las editoriales; algunas tienen programado todo con dos años de antelación. Yo les comenté que me gustaría publicarlos a la vez pero es difícil que te puedan hacer un hueco. Al fin y al cabo nadie te pone una fecha para terminar la novela, pero es que tú tampoco sabes cuándo la terminarás; no hasta que te quede menos de un mes, por lo menos.
¿Se publicará en digital Londres es de cartón?
Sé que Elkar la tiene preparada para e-book, pero no te puedo asegurar que en castellano esté, aunque lo más lógico es que también salga.
¿Qué le parece lo de cambiar el papel por la pantalla?
Mientras se consiga una buena definición para leer el texto a mí me parece incluso mejor que el libro en sí, ¿para qué gastar tanto papel? A todos nos gustan los libros pero, como todo lo romántico, desaparecerá. Como la pluma y la máquina de escribir. Otro tema es la piratería.
¿Da miedo?
No gano mucho por los libros pero que lo poco que cobras te lo roben... Da mucha rabia que un libro en el que has trabajado cuatro años alguien se lo baje en un minuto. Quizá haya que cambiar un poco la voluntad de la gente y pensar que todos tenemos que vivir de nuestro trabajo.
"Londres es de cartón" trata un tema tan delicado como las dictaduras que, en esta ocasión, no ha querido maquillarlas con inocencia como en sus anteriores novelas. ¿Fue porque le apetecía cambiar de registro o porque el tema se lo pedía?
Un poco por las dos cosas. Sí que quería cambiar de estilo pero el tema me lo pedía, todo va unido. Creo que cada tema tiene su forma y si vas de temas familiares a temas más sociales, debes cambiar la forma. La literatura tiene que sorprender al lector. Sorprendí con "SP (SPrako tranbia)" y quise sorprender también con "Londres kartoizkoa da".
La literatura debe ser universal y los temas que trata en sus novelas lo son. ¿Cree que esto ayudará a que el lector estadounidense se sienta identificado con sus textos?
Hay escritores para quienes la literatura es una forma de expresión de sus propias experiencias, pero yo sí que creo que mi literatura tiene que ser esencial. Yo escribo sobre las cosas que para mí son esenciales: la muerte, la infancia, la familia y, en este libro, sobre la dictadura. Muchas veces, lo que es esencial para uno suele serlo también para otras muchas personas. En Estados Unidos la gente que lo ha aceptado bien por eso mismo. Por ejemplo, hice una lectura en la Biblioteca del Congreso -donde se hacen lecturas en el idioma original desde 1940, las graban y allí las tienes para que sean escuchadas- y la mujer que me grababa, una mujer húngara que llevaba viviendo allí toda la vida, me pidió, por favor, que siguiese leyendo el texto, que no parase. Por lo visto, el tema de la dictadura le había marcado.
¿Ha sido bonita la experiencia de Estados Unidos?
¡Flipante! En Washington di una charla a la que se acercaron más de cien personas; eso no me pasa ni en mi pueblo. En Nueva York, también, un montón. Además, de repente, te encuentras con fans que se han leído todos tus libros y que están encantados. Recuerdo que a la charla de Nueva York fue un hombre que era de Nueva Jersey y que se acababa de enterar de que yo estaba allí; cogió el coche y se fue sin pensarlo a la charla. Ya me han ocurrido tres casos de esos.
La competencia editorial allí es bestial. ¿Cómo se hace hueco un escritor de una lengua minoritaria?
Hueco no te haces nunca, yo creo. En los países anglosajones las traducciones sólo suponen el 3% del mercado y el resto es producción propia. Y dentro de ese 3% están todos los noveles y todos los grandes, así que tú eres el último de entre los últimos. Si algún periódico hiciese una reseña sobre alguna de las novelas... Pero bueno, que una editorial estadounidense se haya fijado en mis libros ya es mucho.
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