jueves, 16 de diciembre de 2010

EL EVANGELIO DE LA ESPADA (ARTUR BALDER)

El centro cultural de la Spanish Benevolent Society de Nueva York acogió la presentación de la novela El Evangelio de la Espada, de Artur Balder, así como la proyección de un cortometraje experimental, titulado Widukind en honor al personaje principal de la saga, creado por el realizador alicantino.
Se publican muchos libros y nos pareció que la mejor manera de dar a conocer la historia y acercarla al público era poner a su servicio la realización visual comenta el director de Little Spain. Para ello, se ha creado una página web (www.widukind.eu) en diferentes idiomas que proyecta en HD el cortometraje Widukind, y que además pone al servicio del usuario toda la información relacionada con la saga. El cortometraje sólo podrá verse en esa web.
Esto cada vez va a ser más común porque el audiovisual está controlando el proceso narrativo en el ocio contemporáneo. No va a ser raro que las iniciativas narrativas audiovisuales se anticipen a las propias historias escritas como campaña promocional para facilitar el conocimiento de una historia o destacarla en medio de la gran oferta editorial. Pero a fin de cuentas, por supuesto, la literatura sigue siendo literatura.
Editada por Edhasa, la obra recoge uno de los períodos menos tratados de la Edad Media, el del reinado de Carlomagno, en el siglo VIII. Widukind es el nombre de un rebelde sajón que se opuso a Carlomagno y sus ejércitos durante más de 20 años.
Semejante al Braveheart de Mel Gibson, inspirado en William Wallace, Widukind fue un rebelde que defendió sus creencias paganas y los territorios de su pueblo hasta las últimas consecuencias. Lo interesante es que, después de 20 años de resistencia, se rindió y fue convertido al cristianismo. Y este hecho me hizo interesarme por su figura.
Balder reconoce que detrás de la saga dedicada a Widukind hay un largo proceso de investigación histórica y redacción de más de tres años. Es, además, la primera vez que utiliza una introducción de la historia en primera persona. Fue inevitable la influencia de Eco, de Conrad y de Dostoyevsky; siempre me fascinó la profundidad a la que se puede acceder cuando los personajes hablan directamente de sí mismos.
Hacía tiempo que perseguía la idea de una obra inspirada en la Edad Media más profunda, y el proceso de evangelización de los paganos promovido por Carlomagno me ofreció el escenario ideal. El enfrentamiento entre el paganismo y el cristianismo fue largo y cruento. En el siglo VIII se dio un proceso semejante a la globalización actual: Carlomagno y la Iglesia trataron de homogeneizar Centroeuropa. Era fundamental erradicar las ideas que podían ir en contra de sus propios intereses, y el paganismo era una de ellas.
La novela histórica requiere rigor y paciencia en su ambientación, pero estoy de acuerdo con Umberto Eco en que el público, en última instancia, tiene derecho al ocio.
El acto contó con la presencia de destacadas personalidades del mundo de la literatura residentes en Nueva York, como el director del Goethe Institut, Stephan Wackwitz, y destacados amigos del Instituto Cervantes.
El escritor reconoció que en la actualidad tenemos más necesidad de religión que nunca, sólo que las dudas de la sociedad moderna son mayores. Se está apreciando un gran auge de las religiones llamadas alternativas en el mundo anglosajón. Cada vez son más los practicantes del asatru o del odinismo en contraposición o como alternativa a las religiones tradicionales.
Muchos de los principios de la Iglesia de la Cienciología no están tan alejados de aquellos que son la base de las religiones asatru. En cierto modo, el origen de la Iglesia de la Cienciología estaría en las religiones nórdicas naturalistas reconocía el autor. Algunos de sus principios han sido capaces de inspirar los pasajes del libro en los que se recrea el peligro de una profunda herejía capaz de acabar con el cristianismo, que es lo que provocará las crueles represalias de Carlomagno contra Widukind.

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