Título: PASAIA BLUES
Título original: PASAIA BLUES
Autor: HARKAITZ CANO
Editorial: TTARTTALO
Trama: En Pasaia, villa portuaria guipuzcoana, un
comando etarra se refugia en un piso a la espera de realizar un atentado. Al
mismo tiempo la policía inicia su búsqueda, tanto por medios convencionales
como a través de un "fisonomista" cuya especialidad es reconocer a
las personas por más que vayan disfrazadas La doble espera, por una parte la de
los terroristas que presienten que antes o después van a ser localizados, como
la de los policías, que buscan con impaciencia ese momento, hará aflorar los
nervios de todos los implicados.
Personajes: César Telleria, policía
especializado en "localizar" objetivos gracias a su capacidad para
reconocer a las personas pese a que vayan disfrazadas, lo que le obliga a
viajar por ciudades diversas y le origina una sensación de no tener auténticas
raíces, Marta, miembro del comando, decidida y autoritaria, que no cuestiona en
ningún momento lo que hace, Olatz, compañera de Marta, que entró en la
organización a causa del encarcelamiento de su hermano, más débil y dubitativa
que su compañera, Roberto Goaza, comisario de policía de métodos expeditivos,
aficionado al boxeo y las peleas de perros, Alain Etchecolatz, ayudante de
Goaza, frío y sibilino, que no simpatiza con "el fisonomista",
Potemkin, un tercer miembro del comando, enviado por la dirección con
posterioridad a que Marta y Olatz se instalaran en la localidad, amante del
blues y de la tristeza que conlleva esa clase de música.
Aspectos a Destacar: El ambiente asfixiante, casi
claustrofóbico, de una villa portuaria en declive, en la que se entrecruzan
lealtades extrañas y traiciones recíprocas tanto entre perseguidos como entre
perseguidores, difuminándose finalmente esa línea como si todos, terroristas y
policías, no fueran más que los peones de un desconocido tablero de ajedrez que
manejan manos lejanas y desconocidas tanto para unos como para otros
La Frase: Los aledaños de la bahía de Pasajes evocan
la boca de un anciano desdentado: paredes melladas, cables pelados,
herramientas inservibles, puertas maltrechas, ventanas que faltan y cristaleras
rotas que a duras penas se mantienen en pie. Saltos irregulares entre muros
despanzurrados y muros intactos, cubiertos de hollines y graffitis de diverso
cuño: amor, política, desahogo. Lo de
siempre y cuanto antes, apremia una de las pintadas. ¿La más resignada? ¿La
más lúcida?
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