viernes, 1 de marzo de 2013

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 412.-LA FIESTA (LUIS GUTIÉRREZ MALUENDA)


Título: LA FIESTA
Autor: LUIS GUTIÉRREZ MALUENDA
Editorial: ALREVÉS
Trama:.En una fiesta que da un importante empresario de Barcelona, aparece muerta y degollada una joven. Eso complicará la vida de cuatro de los asistentes a la fiesta, dos hombres y dos mujeres, relacionados entre sí de un modo extraño, que enseguida se pondrán en el punto de mira del inspector que investiga el crimen.
Personajes: Raúl, médico de profesión, aficionado al whisky, de temperamento apacible y acomodaticio, normalmente tranquilo y sereno, que está en proceso de divorcio, aunque a un convive con su exmujer, Marta, la mujer (por poco tiempo, hasta que se tramite el divorcio) de Raúl, ejecutiva de alto nivel, fría, egocéntrica y calculadora, obsesionada por tener un hijo, Salvio, comercial de una empresa informática, enemigo de compromisos a largo plazo, que sólo desea vivir tranquilo y hacer el amor siempre que pueda, amante de Marta, Susana, joven aspirante a actriz que aparece por la fiesta y encuentra el cadáver, en ocasiones decidida y en otras timorata, pero que sabe lo que quiere, Pablo, empresario que da la fiesta, jefe de Marta y enamorado de los juegos eróticos, Colomer, inspector de policía encargado del caso, persistente hasta el paroxismo, que intimida a los testigos gracias a un ojo que funciona con independencia del resto de su cuerpo y aficionado a "destruir refranes"
Aspectos a Destacar: La estructura de la novela, con cuatro personajes que cuentan la misma historia (o retazos de la misma historia) con una voz y una mirada diferente cada uno del resto y en la que los personajes no sólo acatan las instrucciones del autor sino que en ocasiones, como ocurría con los de algunas novelas (o nivolas, como las calificó su propio creador) de Unamuno, se rebelan contra él, buscando su propio espacio.
La Frase: No crean a quien les hable de una ruptura sentimental sin acritud y les cuente que ella y su marido han llegado a un acuerdo con serena tristeza, un pacto tácito de no agresión. Una mierda, eso no existe, te come la ira por dentro, te descompones. Matarías para sentirte en paz. Intentar una ruptura serena es tan absurdo como pretender que el Padre Santo fiche cada mañana para empezar su trabajo. Deseas hacer daño y lo haces, pegas y encajas, buscas la yugular del otro con tal pasión que olvidas proteger la tuya. Hay momentos en los que no pretendes hacer daño de forma consciente. Da igual, lo haces de forma inconsciente, lo que importa es el sabor de la sangre del otro en tus labios.

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