Título: EN EL CIELO NO HAY CERVEZA
Autor: CARLOS SALEM
Editorial: NAVONA
Trama: Los asesinatos, brutalmente producidos, de una
serie de periodistas televisivos dedicados al cotilleo y al corazón, apuntan a
un estrafalario personaje, Diosito, al que tiempo atrás ridiculizaron en un
programa. Tan sólo un periodista que tiempo atrás fue amigo de él cree en su
inocencia, y respaldado por un extraño policía y un aún más extraño detective,
iniciará más que una investigación, una cruzada para intentar demostrar su
inocencia.
Personajes: El
Poe, llamado así por ser mitad poeta, mitad hijo de puta, un periodista que se
considera así mismo un anti-Midas, ya que todo lo que toca se convierte en
mierda, pero brillante escribiendo y leal a sus amigos, El Gato, un policía tan
brutal como romántico, amigo de El Poe, al que ha sacado de apuros en más de
una ocasión, que le apoyará en su investigación para demostrar la inocencia de
Diosito, un friki que asegura ser el hijo pequeño de Dios y no ceja en su
empeño por superar a su hermano mayor, El Hermanísimo, intentando para ello
hacer milagros de lo más extravagantes, El Perro, policía corrupto que odia a
muerte a El Poe desde que se enteró que éste follaba con su mujer, Mariah,
madre de Diosito, antigua hippy reconvertida en abogada de éxito, autoritaria,
exigente y con un gran poder, que no duda en ejercer cuando lo considere
necesario, George S. Atán, importante empresario casado con Mariah, a la que
tiene un miedo reverencial pese a todo su poderío económico, Angélica de La
Guardia, joven periodista que se enamora de El Poe y le ayudará en sus
pesquisas, Arregui, expolicía donostiarra reconvertido en detective, amigo
tanto de El Poe como de personajes encumbrados a los que ha hecho más de un
favor, Magdalena, transexual colombiana que se enamora de Diosito, sin
importarle sus extravagancias ni su torpeza.
Aspectos
a Destacar: Estamos ante una novela
repleta de humor que no da descanso al lector, oscilando entre el surrealismo o
el absurdo y el homenaje a la más célebre novela de Raymond Chandler, “El largo
adiós”, sin descuidar la trama propiamente policial y riéndose de prácticamente
todos los convencionalismos que afectan a nuestra sociedad y, más
concretamente, de la denominada telebasura y prensa del corazón.
La Frase: Diosito tenía un magnetismo raro, desparejo. Era
capaz de atraer la atención de la gente de un modo casi mágico, pero estaba tan
desesperado por ser reconocido que siempre metía la pata. Aunque no hiciera
nada, en apariencia. Los mismos tíos que ante su presencia sentían de repente
un embeleso digno de mejores piernas, los que se acercaban con intención de
abrazo y redención, cuando pasaban un rato junto a él, querían estrangularlo.
Por decirlo de una vez: Diosito era un divino tocapelotas.
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