La Naturaleza que es muy sabia, nos acompaña en las lecturas. Con tanto sueco y sueca que invade la mesa de novedades, ha decidido retrasar la primavera (por fin, una semana sin lluvia) para acompañar, en nuestras lecturas, el frío de Kiruna o Björsared, la niebla de la Isla de Gotland, o la oscuridad de Tanum.
A nosotros no nos molesta la “invasión sueca”. Nos gusta descubrir nuevos autores, y la calidad media de las nuevas propuestas es tirando a alta. Los lectores disfrutamos con los sucesores de Sjöwall y Wahlöö, y Mankell. No los olvidemos nunca. Ellos fueron los primeros. Cuando nos preguntan por qué hay tantos autores suecos, para nosotros la respuesta es clara: porque previamente ha habido varias generaciones de buenos editores y buenos lectores. Los autores no surgen, salvo excepciones, de la nada. Y eso se nota cuando leemos las primeras novelas que nos están llegando de autores en castellano o catalán. Se nota el vacío lector, creado por la ausencia de una auténtica política editorial.
Lo que nos molesta de “la invasión sueca” es el mimetismo de nuestra industria editorial. Toca suecos, pues a buscar suecos. ¡Pobre del editor que no tenga un sueco (se acepta la sustitución por un nórdico), o un vampiro o un periodista amenazado por el crimen organizado, en su catálogo!
Cuando la “moda” pase seguiremos leyendo suecos. Hoy queremos darles noticia de una primera novela de una autora sueca: Camilla Ceder. Publica Grito en el hielo, en Alfaguara, traducida por la fiable Carmen Montes. Una fría mañana de diciembre, el pequeño pueblo de Björsared, en la costa oeste de Suecia, se convierte en escenario de un crimen. En la explanada de su taller de mecánica, Lars Waltz yace asesinado con signos de haber sido atropellado brutalmente. Para Seja Lundberg, testigo ocasional, periodista en ciernes y aspirante a escritora, hay algo que no encaja. Algo que la obligará a zambullirse en su propio pasado en busca de las claves necesarias para resolver un enigma que la va absorbiendo poco a poco. Cuando su investigación se cruza con la del comisario Christian Tell y su equipo, la vida de ambos se ve envuelta en una espiral tan desconcertante como peligrosa. La única salida: ser más rápidos que los deseos de venganza que se esconden bajo el hielo.
Ayer descubrimos una sugerente sección en las páginas de la edición digital de El Mundo: "Viajes con la muerte en los talones", que firma Javier Mazorra. Estos días "La Barcelona de Méndez". Y si encima sale la librería, pues aún nos gusta más. http://www.ocholeguas.com/2010/05/18/espana/1274196093.html
Los príncipes también escriben. El príncipe Michel de Grecia, que vive en París, fabula sobre el robo de una importante joya en el convulso período de la Revolución francesa: El Regent. Publica Viceversa, y traduce Robert Juan-Cantavella.
Cuando Pedro Almodóvar adapta una novela negrocriminal a su personal y brillante cine, cualquier parecido entre la novela y la película es pura coincidencia, fruto del azar y seguramente también del cambio climático. Por ejemplo Carne trémula de Ruth Rendell. Almodóvar ha anunciado que adaptará Tarántula, de Thierry Jonquet, de la que aún nos quedan unos pocos ejemplares antes de que sea definitivamente descatalogada. Tarántula es una corta y sorprendente novela. Una venganza brutal y pérfida. Se lee en una tarde y se le van dando vueltas durante alguna semana. Léanla. La película será otra cosa.
Xavier B. Fernandez debutaba en la narrativa negrocriminal hace apenas un mes con El sonido de la noche, una inmersión en las calles sórdidas de la Barcelona de finales de los cincuenta. El próximo 1 de Junio, recogerá en Madrid el Premio Rio Manzanares, en su XII Edición, que ha ganado con otra novela negrocriminal: Un trabajo nocturno.
Recuerden que el 27 de Mayo tienen una cita en la Escuela Julián Besteiro de Madrid, con Bilbao, con Ciudad Real, con Murcia, con Vigo, es decir, con José Javier Abasolo, con José Ramón Gomez, con Jerónimo Tristante y con Domingo Villar. A las 19 horas en Azcona 53.
Nuestra recomendación de hoy es la última novela protagonizada por nuestro forense preferido. Más que forens sería un preforense, el médico embalsamador Efisio Marini, un sardo de finales del siglo XIX. El extremo de las cosas es la quinta novela protagonizada por él, en la saga creada por Giorgio Todde. Traduce Carlos Gumpert, y edita Siruela en su colección policíaca.
La experiencia le ha enseñado a Efisio Marini que nada ocurre por casualidad: en un mismo día recibe dos cartas importantes, una invitación a París de un ilustre colega, seducido por la posibilidad de trabajar junto a él para devolver la vida a lo que ya no está vivo, y el anuncio de la muerte repentina y sospechosa de un gran embalsamador vienés, viejo conocido suyo. Efisio acepta la propuesta del francés, mientras envía a Viena a su amigo Pierluigi Dehonis para recopilar indicios sobre esa misteriosa muerte. En efecto, hay una relación entre esas dos cartas, los designios de una mente enloquecida que no vacilará en matar en repetidas ocasiones con tal de realizar su propio proyecto. Y para descubrir la verdad, Efisio y Pierluigi tendrán que recorrer un terrible itinerario, al final del cual encontrarán, junto al culpable, la respuesta al interrogante más antiguo del hombre: ¿qué es en verdad la vida? ¿Y dónde termina?
“Él no escribía sobre sus personajes: escribía con ellos. Y en sus libros, abiertos, entrábamos, entramos, los lectores. Cualquiera de nosotros podría decir: No es que lo lea, es que él me escribe”.
Del prólogo de Eduardo Galeano, a la imprescindible Triste, solitario y final, de Osvaldo Soriano.
www.negraycriminal.com / http://negraycriminal.blogcindario.com/
A nosotros no nos molesta la “invasión sueca”. Nos gusta descubrir nuevos autores, y la calidad media de las nuevas propuestas es tirando a alta. Los lectores disfrutamos con los sucesores de Sjöwall y Wahlöö, y Mankell. No los olvidemos nunca. Ellos fueron los primeros. Cuando nos preguntan por qué hay tantos autores suecos, para nosotros la respuesta es clara: porque previamente ha habido varias generaciones de buenos editores y buenos lectores. Los autores no surgen, salvo excepciones, de la nada. Y eso se nota cuando leemos las primeras novelas que nos están llegando de autores en castellano o catalán. Se nota el vacío lector, creado por la ausencia de una auténtica política editorial.
Lo que nos molesta de “la invasión sueca” es el mimetismo de nuestra industria editorial. Toca suecos, pues a buscar suecos. ¡Pobre del editor que no tenga un sueco (se acepta la sustitución por un nórdico), o un vampiro o un periodista amenazado por el crimen organizado, en su catálogo!
Cuando la “moda” pase seguiremos leyendo suecos. Hoy queremos darles noticia de una primera novela de una autora sueca: Camilla Ceder. Publica Grito en el hielo, en Alfaguara, traducida por la fiable Carmen Montes. Una fría mañana de diciembre, el pequeño pueblo de Björsared, en la costa oeste de Suecia, se convierte en escenario de un crimen. En la explanada de su taller de mecánica, Lars Waltz yace asesinado con signos de haber sido atropellado brutalmente. Para Seja Lundberg, testigo ocasional, periodista en ciernes y aspirante a escritora, hay algo que no encaja. Algo que la obligará a zambullirse en su propio pasado en busca de las claves necesarias para resolver un enigma que la va absorbiendo poco a poco. Cuando su investigación se cruza con la del comisario Christian Tell y su equipo, la vida de ambos se ve envuelta en una espiral tan desconcertante como peligrosa. La única salida: ser más rápidos que los deseos de venganza que se esconden bajo el hielo.
Ayer descubrimos una sugerente sección en las páginas de la edición digital de El Mundo: "Viajes con la muerte en los talones", que firma Javier Mazorra. Estos días "La Barcelona de Méndez". Y si encima sale la librería, pues aún nos gusta más. http://www.ocholeguas.com/2010/05/18/espana/1274196093.html
Los príncipes también escriben. El príncipe Michel de Grecia, que vive en París, fabula sobre el robo de una importante joya en el convulso período de la Revolución francesa: El Regent. Publica Viceversa, y traduce Robert Juan-Cantavella.
Cuando Pedro Almodóvar adapta una novela negrocriminal a su personal y brillante cine, cualquier parecido entre la novela y la película es pura coincidencia, fruto del azar y seguramente también del cambio climático. Por ejemplo Carne trémula de Ruth Rendell. Almodóvar ha anunciado que adaptará Tarántula, de Thierry Jonquet, de la que aún nos quedan unos pocos ejemplares antes de que sea definitivamente descatalogada. Tarántula es una corta y sorprendente novela. Una venganza brutal y pérfida. Se lee en una tarde y se le van dando vueltas durante alguna semana. Léanla. La película será otra cosa.
Xavier B. Fernandez debutaba en la narrativa negrocriminal hace apenas un mes con El sonido de la noche, una inmersión en las calles sórdidas de la Barcelona de finales de los cincuenta. El próximo 1 de Junio, recogerá en Madrid el Premio Rio Manzanares, en su XII Edición, que ha ganado con otra novela negrocriminal: Un trabajo nocturno.
Recuerden que el 27 de Mayo tienen una cita en la Escuela Julián Besteiro de Madrid, con Bilbao, con Ciudad Real, con Murcia, con Vigo, es decir, con José Javier Abasolo, con José Ramón Gomez, con Jerónimo Tristante y con Domingo Villar. A las 19 horas en Azcona 53.
Nuestra recomendación de hoy es la última novela protagonizada por nuestro forense preferido. Más que forens sería un preforense, el médico embalsamador Efisio Marini, un sardo de finales del siglo XIX. El extremo de las cosas es la quinta novela protagonizada por él, en la saga creada por Giorgio Todde. Traduce Carlos Gumpert, y edita Siruela en su colección policíaca.
La experiencia le ha enseñado a Efisio Marini que nada ocurre por casualidad: en un mismo día recibe dos cartas importantes, una invitación a París de un ilustre colega, seducido por la posibilidad de trabajar junto a él para devolver la vida a lo que ya no está vivo, y el anuncio de la muerte repentina y sospechosa de un gran embalsamador vienés, viejo conocido suyo. Efisio acepta la propuesta del francés, mientras envía a Viena a su amigo Pierluigi Dehonis para recopilar indicios sobre esa misteriosa muerte. En efecto, hay una relación entre esas dos cartas, los designios de una mente enloquecida que no vacilará en matar en repetidas ocasiones con tal de realizar su propio proyecto. Y para descubrir la verdad, Efisio y Pierluigi tendrán que recorrer un terrible itinerario, al final del cual encontrarán, junto al culpable, la respuesta al interrogante más antiguo del hombre: ¿qué es en verdad la vida? ¿Y dónde termina?
“Él no escribía sobre sus personajes: escribía con ellos. Y en sus libros, abiertos, entrábamos, entramos, los lectores. Cualquiera de nosotros podría decir: No es que lo lea, es que él me escribe”.
Del prólogo de Eduardo Galeano, a la imprescindible Triste, solitario y final, de Osvaldo Soriano.
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