Artículo publicado en el periódico EL CORREO
el 5 de mayo de 2010. Redactor: Iñaki Esteban. Fotógrafo: J. Alemany
¿Murió María Isabel Gárate asesinada? Su marido, el notario Carlos Joaquín Gómez Uralde, piensa que sí, pero el caso está cerrado y para demostrarlo sólo le queda el recurso de contratar a un detective. Aquí aparece Mikel Goikoetxea 'Goiko', ertzaina en excedencia y uno de los mejores agentes de homicidios, al que le acusaron de pertenecer a un red de pederastas. Nadie pudo probar su culpabilidad, pero la mancha queda.
José Javier Abásolo, el más representativo de los autores vascos dentro de la novela negra, parte de este planteamiento en su última obra, Pájaros sin alas (Erein). Es su noveno libro, y el autor cree que ya se puede inspirar en los clásicos del género sin temor a copiarles. Así, el detective es un ex policía, un especie de marginado, pero con buenos contactos, mejores reflejos y un excelente sentido del humor.
A través de este personaje, Abásolo pone sobre la mesa el tema de los acusados por ciertos delitos que luego salen sin cargos, pero con la reputación manchada de por vida. Si te acusan de haberte llevado 500 millones, seguro que hay gente que te aplaude y te surgen un montón de ligues, pero si alguna vez te acusan de pertenecer a una red de pederastas, eso no lo vas a poder lavar nunca. Ya sabes, cuando el río suena, agua lleva, explica Abásolo.
Al inicio de la investigación, 'Goiko' trata de averiguar si la mujer del notario estaba borracha, según apuntan los primeros indicios, lo que explicaría la tesis del accidente. Su marido dice que nunca había probado el alcohol, aunque siempre hay una primera vez, tercia Abásolo. A partir de ahí el personaje se mete en una trama que no va por los bajos fondos, como suele ser habitual, sino por los altos, que a veces son más sórdidos. El resultado, un 'thriller' que ha dejado a su autor un buen sabor de boca. Tanto, que 'Goiko' podría protagonizar un segundo libro de una serie incipiente.
el 5 de mayo de 2010. Redactor: Iñaki Esteban. Fotógrafo: J. Alemany
¿Murió María Isabel Gárate asesinada? Su marido, el notario Carlos Joaquín Gómez Uralde, piensa que sí, pero el caso está cerrado y para demostrarlo sólo le queda el recurso de contratar a un detective. Aquí aparece Mikel Goikoetxea 'Goiko', ertzaina en excedencia y uno de los mejores agentes de homicidios, al que le acusaron de pertenecer a un red de pederastas. Nadie pudo probar su culpabilidad, pero la mancha queda.
José Javier Abásolo, el más representativo de los autores vascos dentro de la novela negra, parte de este planteamiento en su última obra, Pájaros sin alas (Erein). Es su noveno libro, y el autor cree que ya se puede inspirar en los clásicos del género sin temor a copiarles. Así, el detective es un ex policía, un especie de marginado, pero con buenos contactos, mejores reflejos y un excelente sentido del humor.
A través de este personaje, Abásolo pone sobre la mesa el tema de los acusados por ciertos delitos que luego salen sin cargos, pero con la reputación manchada de por vida. Si te acusan de haberte llevado 500 millones, seguro que hay gente que te aplaude y te surgen un montón de ligues, pero si alguna vez te acusan de pertenecer a una red de pederastas, eso no lo vas a poder lavar nunca. Ya sabes, cuando el río suena, agua lleva, explica Abásolo.
Al inicio de la investigación, 'Goiko' trata de averiguar si la mujer del notario estaba borracha, según apuntan los primeros indicios, lo que explicaría la tesis del accidente. Su marido dice que nunca había probado el alcohol, aunque siempre hay una primera vez, tercia Abásolo. A partir de ahí el personaje se mete en una trama que no va por los bajos fondos, como suele ser habitual, sino por los altos, que a veces son más sórdidos. El resultado, un 'thriller' que ha dejado a su autor un buen sabor de boca. Tanto, que 'Goiko' podría protagonizar un segundo libro de una serie incipiente.
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