Diez números ya de la revista virtual de narrativa negrocriminal. Parece que se va consolidando. Y en el número de este trimestre, como siempre, reseñas de novedades, anuncios de lo que vendrá, un paseo por las calles de Atenas de la mano de Kostas Jaritos, novedades, un relato inédito de Arquímedes González, y mucho mas, como siempre.
Y nos gusta mucho que comiencen a poner el nombre de los traductores en la selección de novedades.
Tendremos a Rosa Ribas y su nuevo libro La detective miope, que edita Viceversa. No es de Cornelia Weber-Tejedor, ni transcurre en Frankfurt, pero es de Rosa Ribas. Todavía hace buen tiempo por La Barceloneta. Pueden pasear el sábado, pasar por la panadería Baluard, donde el pan es pan (ya saben: cereales, levadura, sal, etc…) y se viene por la librería donde los libros, son libros (ya saben: tienen titulo, autor, editorial y, a veces, traductor).
Y si no pueden venir y desean un ejemplar firmado de La detective miope, dígannos a nombre de quien antes del sábado a las diez.
Si les gusta P.D. James, o Ruth Rendell, o Elisabeth George, seguramente les gustará también Amanda Cross. http://www.negraycriminal.com/index.php?view=lists&iau=942
Ripley en peligro. Reedición en bolsillo de Mosaico editorial. Es un Ripley, por lo tanto fantástico. Pero les sugerimos que compren este libro porque tendrán una foto de la Patricia Highsmith poco habitual: está sonriendo.
Un tema poco habitual: La corrupción en el mundo de la pesca de altura. La corrupción en los grandes bancos. No en los de siempre, sino en los de pesca. De ello habla Paul Mushin (seudónimo de alguien que sabe de lo que habla), en Un lugar en el que yo nunca estuve.
La biblioteca La Bòbila, la biblioteca especializada en lo negrocriminal, ha creado desde septiembre “El autor del mes”. En septiembre fue Harlan Coben, en octubre Julián Ibáñez, un autor que en cada novela escribe mejor.
Nuestra recomendación de hoy, es un autor al que esperamos cada año. Si en El Veredicto Harry Bosch, salía poco, en Nueve dragones, sale en casi cada página. Afortunadamente. Nos gusta más Harry Bosch, que Michael Haller. Edita Roca Editorial, y traduce Javier Guerrero, el habitual.
Harry Bosch y su compañero Ignacio Ferras investigan el asesinato del señor Li, anciano propietario de Fortune Liquors, una tienda china de licores de Los Ángeles. Las cámaras de seguridad del local invalidan la teoría de atraco y dejan la puerta abierta a que el crimen esté relacionado con una posible extorsión por parte de la mafia china. Bosch, en deuda con Li desde que éste le ayudara durante los disturbios raciales de la ciudad, promete a sus hijos que encontrará al asesino de su padre.
En plena investigación, Bosch recibe la noticia de la desaparición de su hija Maddie. La adolescente vive con su madre, Eleanor Wish —la ex agente del FBI que fuera pareja del investigador—, en Hong Kong. Bosch se teme lo peor: cree que el secuestro podría estar vinculado con el asesinato de Li, por lo que decide marcharse a la ciudad asiática en un intento desesperado por hallar a su hija.
Trepidante. Con ese estilo cómodo de leer al que nos ha acostumbrado Michael Connelly. Habrá algunos cambios en la vida cotidiana de Harry Bosch, al final de la novela, pero seguira viviendo allá en las colinas de Los Ángeles. Escuchando a Ron Carter y pensando:” Quizá podamos hacer algo bien y compensar por las cosas que hicimos mal. Nos resarciremos por todo”.
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