martes, 17 de mayo de 2011

EL EUSKERA EN LA RIOJA (EDUARDO AZNAR MARTÍNEZ)

A lo largo del siglo XX, varios autores han venido investigando una serie de datos, que indicarían que La Rioja fue un territorio de habla vasca en el pasado. No obstante, otros especialistas han tratado de reducir la importancia del fenómeno, argumentando que las huellas dejadas por el euskera se reducen a zonas limitadas, y que procederían de una presunta llegada de repobladores de origen alavés en tiempos medievales, sin que este idioma gozase alguna vez de gran importancia en la región.
Pero los últimos hallazgos epigráficos de época romana, así como la mejora en nuestros conocimientos acerca de las lenguas antiguas de la Península, están dando paso a nuevas perspectivas, confirmándonos que, muchos siglos antes de aquellas supuestas repoblaciones medievales, pudo emplearse en el espacio riojano una modalidad de euskera arcaico, cuyo uso no quedaba restringido a una minoría, sino quizás todo lo contrario, hasta el punto de ser una fuente esencial de los abundantes indicios del mismo tipo que se registran en épocas posteriores.
La presente obra se centra en el repaso al conjunto de pruebas de fecha más remota que se conocen hasta ahora sobre el tema, complementándose con un apéndice en el que se sugieren posibles vías futuras hacia la comprensión de las características del protoeuskera, no sólo de La Rioja, sino también del resto de la Euskal Herria primitiva.

Entrevista publicada en el periódico DEIA el 15 de mayo de 2011. Redactor: Iñaki Mendizabal Elordi.

A lo largo del siglo XX varios autores han venido investigando una serie de datos que indicarían que La Rioja fue un territorio de habla vasca en el pasado. Sin embargo, otros especialistas han tratado de reducir la importancia de estas teorías. Ahora, los últimos hallazgos epigráficos de época romana dan paso a nuevas perspectivas. Eduardo Aznar compila estas pruebas en un interesante libro, El euskera en La Rioja (Pamiela), donde ofrece hipótesis sorprendentes.
Resulta curioso que aún hoy el eusquérico siga siendo, tras el románico, el segundo gran componente lingüístico de La Rioja en cuanto a toponimia, onomástica o léxico local.
Así es, y en niveles superiores a otros a los que se les ha dado más importancia, como el hebreo, al arábigo, el germánico o el céltico.
Pero esta circunstancia se ha quedado en el olvido. ¿Por qué?
El vasco-iberismo es hoy en día una teoría denostada, académicamente bastante criticada, pero yo pienso que esto es así porque no se ha estudiado con rigor científico. El conocimiento del euskera en su fase antigua aún es un mundo desconocido.
¿No interesa?
El ámbito académico hispano no sabe nada de euskera y no tiene ningún interés en saberlo; cuando analizan los textos ni lo asocian con el euskera, y otros analistas europeos tampoco, están centrados en la filología indoeuropea. Y el mundo vasco, por su parte, está muy afectado por la idea de la especificidad vasca.
¿Y qué hay de cierto en la teoría de la especificidad?
Yo diría que nada. Mi idea principal era hacer un estudio de análisis de euskera, pero como elemento para conocer el ibérico antiguo. El resultado es este libro, donde trato de demostrar que hay una relación de parentesco importante entre el ibérico y el euskera. Hay muchas incógnitas y no se ha analizado este parentesco correctamente. No hay un modelo del proto-euskera, no hay un modelo exacto de su gramática, hay ideas preconcebidas que crean una resistencia a otras teorías, poco más.
Teorías, las suyas, que invitan a polemizar.
Casi todo lo que viene en el libro es nuevo, es una aportación mía. Yo aporto mis datos y mis argumentaciones, y espero que si alguien quiere debatir lo haga desde el razonamiento y con argumentos.
Habla de la idea, muy extendida en Euskal Herria, del 'euskera común', algo similar al actual batua que pudo existir hace 1.500 años. ¿Qué hay de verdad en todo eso?
El primero que la planteó fue Mitxelena, pero hizo una conjetura, sin ofrecer ningún argumento. Escribió un articulo corto donde presume que hacia el 500-600 después de Cristo hubo un dialecto general al que llama euskera común, del que partirían los dialectos modernos. Pero no hay ninguna prueba de esta teoría. Sin embargo, automáticamente el mundo académico vasco lo aceptó como si fuera correcto.
¿Y usted qué opina?
De alguna manera Mitxelena y otros han querido ver un antecedente histórico del batua. Yo pienso que no hubo euskera común, y menos en esa época. Además, nadie ha aportado un dato, y eso es lo increíble. Y los que defienden esta teoría dicen además que ese proto-euskera no tiene nada que ver con el ibérico.
Usted está en las antípodas de lo que opinan ellos.
Estoy convencido de que el euskera y el ibérico son la misma lengua. Eran una serie de dialectos extendidos que, claro, cuanto más te alejas de la zona norte más diferente es del euskera de esta zona. No hay nada en el ibérico que no tenga un paralelo en euskera, lo que pasa es que no se ha estudiado el ibérico.
Resulta curioso.
El estudio del ibérico es lo más desastroso de toda la filología a nivel mundial, porque hoy en día tenemos descifrados los jeroglíficos egipcios, el sumerio, el asirio,... y del ibérico no sabemos casi nada. Y hay hallazgos y tiene su propio alfabeto.
Su libro también refuta la teoría de la repoblación.
Este libro es la primera parte de mi estudio, y está centrado en el periodo prerrománico y románico, aproximadamente desde el 180 a. C. hasta el año 600 d. C. La teoría de las repoblaciones incide en que como La Rioja fue conquistada por Navarra a partir del 800, ahí empezaron las citadas repoblaciones. Yo he cogido la época anterior y con los datos expuestos aseguro que el euskera ya estaba allí desde hace tiempo, que no es una lengua importada ni postiza.
Por tanto, y tal y como usted lo plantea, el euskera no es solo patrimonio de los vascos.
Es otro prejuicio establecido. Hay visión extendida de que es originario del País Vasco y si aparece en otros sitios es porque alguien lo ha llevado hasta allí. Es otra conjetura. Hay datos, recogidos en poblados y cuevas de La Rioja, en los que se demuestra que La Rioja nunca ha estado despoblada, no ha habido un cambio fuerte de población.
Usted ha analizado estelas de época prerromana...
Me he topado con estelas de este periodo (antes del 600 a. C.) y tienen gran valor. Las ha encontrado un historiador local de la zona de San Pedro Manrique (Soria). He encontrado once nombres de personas en ellas. Y esto es recientísimo, porque las primeras estelas aparecieron a partir de los años ochenta. En los últimos años, en total se han encontrado entre 2.000 y 2.500 topónimos, la mayoría de la Edad Media.
¿Qué tipo de euskera se hablaba en La Rioja?
El euskera riojano era del tipo alavés-vizcaino.
¿Además del idioma, ha encontrado otros elementos culturales que puedan llevar a afirmar que vascos e íberos eran casi la misma cosa?
Sí, claro. La sociedad Laminiturri de La Rioja, por ejemplo, es un topónimo de lugar de Ojacastro, que está cerca de Ezcaray, y significa "la fuente de las lamiak". Eso indica que no solo se comparte el idioma sino también el mismo esquema mitológico. Hay varias leyendas en común a ambos lados del Ebro.
¿Y los conquistadores romanos no aclaran nada en sus escritos?
Eran militares y no les interesaba demasiado el tema antropológico-lingüístico, pero un geógrafo griego, Estrabón, dice que los aquitanos y los iberos eran muy similares, tanto en raza, como en costumbres, leyes, cultura y lengua. Muy diferentes a los celtas. Pero tanto desde el mundo vasquista como desde el mundo hispánico han dicho que eso hay que contextualizarlo, es decir, que los aquitanos se parecerían a los iberos que tenían más cerca, a los vascones. Yo, en cambio, pienso que Estrabón sabía bien lo que decía.
Uno de los documentos más sorprendentes que aporta en el libro es la 'fazanya de Ojacastro', en cierto sentido el primer reconocimiento de oficialidad del euskera.
Se publicó por primera vez en 1869, pero pasó desapercibido. Se trata de una especie de sentencia judicial. En 1236-38 el juez supremo de Castilla mandó detener al alcalde de Ojacastro porque permitía que la gente declarase en euskera en los juicios. El alcalde demostró que esa práctica venía del fuero antiguo de Ojacastro.
¿Y nadie había reparado en ese documento?
El dato se conoce desde los años 30 del siglo XX, pero ha sido poco difundido. Merino Urrutia, quien fuera alcalde de Getxo, lo redescubrió. Yo publico el documento en este libro. Se publicó antes en una revista local riojana, pero con mala calidad. El original está en internet también, y es una prueba de oficialidad contundente.

4 comentarios:

  1. Es cierto lo que dice el genial Eduardo, el tema de la familiaridad de iberico y aquitano es evidente incluso para los que no somos especialistas, y la actitud de algunos academicos es como la de estar delante de un elefante en una salita de té y hacer como que no se ve "por que no nos conviene".

    No se puede negar la coincidencia cultural de Los Pirineos, La Rioja, y el valle del Ebro, hasta Zaragoza, la ciudad prerromana que acuñaba monedas con un jinete y que se llamaba a si misma Zaldu-ie

    ResponderEliminar
  2. He leido el libro de Eduardo y me ha parecido absolutamente genial, el analisis que ha realizado de las estelas de la zona de Yanguas es muy bueno, tabien muchas reflexiones sobre el origen de algunos toponimos, sobre el valor de muchas palabras...incluso su reflexion sobre el estancamiento de los estudios filologicos del euskera...bueno, lo voy a releer y de paso recomendar que se lea el libro.
    Erramun Arrasatetik

    ResponderEliminar
  3. He leído el libro y es realmente extraña la omisión que hace de otras interpretaciones no vascocentristas de las estelas funerarias o los topónimos, así como su aparente desconocimiento filológico de los temas tratados. Parece una recopilación de todo lo que plantea la sociedad Laminiturri (su propio nombre de origen celta, ¡que curioso!) subvencionada por el Gobierno Vasco. Es un libro denso y a la vez extraño ya que contiene ideas interesantes, pero pocas pruebas, hechos o datos veraces.

    ResponderEliminar
  4. Bienvenido todo estudio que pretenda aclarar -y aclara- la realidad de La Rioja. Y al que no le guste que se aguante. Lo que es una pena es que el gobierno autollamado riojano no apoye a su propia tierra...ni la conoce ni la quiere conocer, está preocupado en vender vino y el español de San Millán. ! Ala !...a estudiar euskera que es lo que tenéis que hacer si queréis aportar algo...(y menos vinitos).

    ResponderEliminar