Ricardo Bosque no sólo es un entusiasta agitador y propagandista del género negro, como ha demostrado creando y sosteniendo con su esfuerzo las revistas digitales LA BALACERA y CALIBRE 38, sino que como autor ha demostrado su habilidad y osadía. Así, en El último avión a Lisboa recrea la España de la posguerra con la colaboración de los protagonistas de la mítica película “Casablanca”, y en sus novelas Manda flores a mi entierro y Suicidio a crédito pone en escena a Tana Marqués, una pequeña empresaria del ramo de la floristería que ha abierto una nueva línea de negocio consistente en ayudar a suicidarse a quienes por exceso de cobardía o pusilanimidad no se atreven a hacerlo en persona.
Pues bien, en esa línea rompedora, doblemente rompedora ya que de momento la edición es exclusivamente digital, ha escrito una novela negra de anticipación que transcurre en una Zaragoza del futuro que se ha convertido en una metrópoli fluvial y navegable. Y pese a tirarse al agua sin flotador hay que decir que no se ha ahogado, ya que es una novela excelentemente construida en la intriga y plagada de un sentido del humor que nos hace disfrutar todas sus páginas.
Adjunto, para mayor información, un enlace al dossier de prensa de Cuestión de galones, que es como se titula la novela. Y si queréis aún más información sobre las fechorías de Ricardo Bosque, podéis echar un vistazo en este mismo blog: http://elblogdeabasolo.blogspot.com/search/label/RICARDO%20BOSQUE.
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