Aspasia es la protagonista absoluta de esta apasionante novela, en cuyas páginas el lector asistirá desde su infancia en la colonia jonia de Mileto, a su adolescencia en el harén de Artajerjes, el rey persa. El punto culminante de su vida será su encuentro en su espléndida juventud con Pericles en Atenas. En la novela de Medem, la legendaria belleza y la inteligencia de la joven milesia se convertirán en la metáfora perfecta del esplendor ateniense.
Artículo publicado en el periódico Noticias de Gipuzkoa el 21 de marzo de 2012.
Julio Medem, ganador de un Goya por Vacas, su debut en 1993, acaba de publicar su primera novela, Aspasia, amante de Atenas, una rendida historia de amor del cineasta por esta sabia mujer griega que comenzó siendo un guion de cine sobre su marido, el político y orador Pericles.
Me siento muy orgulloso, declaró el cineasta donostiarra en el acto de presentación de su novela, celebrado ayer en Madrid, tras confesar que escribir la historia de Aspasia le ha llevado siete años, los dos últimos recluido en una pequeña casa de Los Ángeles, algo que ha calificado de durísimo.
Aspasia de Mileto, explica un enamorado Medem, que, sin poder evitarlo, califica a esta casi desconocida mujer como excelente, apasionada, fascinante y sabia, fue uno de los personajes más influyentes de la Grecia clásica, amiga de Sócrates y compañera de Pericles, nacida en 470 a.C. de una familia rica.
El novelista ha elegido el antiguo sistema de contar por rollos, es decir, más o menos un libro de la historia cada cien páginas (la novela, publicada por Espasa, tiene 512) y desde la voz de la propia Aspasia, desde que es una niña de diez años, cautivada por los recuerdos de su padre de la batalla de Maratón, hasta el momento de la muerte de su esposo.
Ella vive en la Atenas democrática de Perícles, en época de paz, donde surge Herodoto, donde ocurre el teatro: Eurípides, Sófocles, Esquilo. También es el momento de Fidias, de Anaxágoras, del orden dórico, el Partenón... hay una gran cantidad de personajes sabios entre los que aparece esta mujer, que también es sabia", apunta un entusiasmado Medem.
Reconoce que, de la experiencia como escritor, lo más fascinante es haberme puesto a contar lo que vivió esta mujer a través de sus ojos, algo que le resultó sorprendentemente fácil. El realizador de La ardilla roja, Lucía y el sexo y Caótica Ana, afirma que ya había guiños de esta Aspasia en Habitación en Roma: intuitivamente -dice- hay algo que me resulta fácil al poner la voz al pensamiento de una mujer.
Medem aclara que su Aspasia es totalmente ficción y reconoce que mientras estudiaba su figura tuvo un rostro en mente que hoy habría crecido un poco, bromea, sin descartar que Aspasia termine siendo una película. No sé qué va a pasar, asegura.
Prefiero haber terminado la novela que el guión, la verdad es que a veces la vida te lleva por sitios que no esperas. El guión era muy grueso, muy complicado de producir, y empecé a quitar, a rebajar, y en un momento paré y me decidí guardar cada apunte. Ahora creo que es muchísimo más buena la novela que el guión, dice.
El director, que piensa seguir, de momento, viviendo en Los Ángeles, no se aparta del cine español. Es mi familia, dice, pertenezco al cine español y estoy sufriendo, como todos. Quiero ser optimista y pensar que estamos en un momento de cambio, y también espero que haya sensibilidades que nos ayuden a que nos mantengamos, a que podamos seguir existiendo, aunque este es un momento muy duro, comentó el realizador, igualmente convencido de que hay que buscar fórmulas mixtas de ayuda.
Y formas de exhibición diferentes, también vía Internet -consideró-. Todo eso hay que reajustarlo en el cine español, pero tiene que haber voluntad política, concluyó.
Ha dedicado el libro a su madre, Margarita, que le acompañó en la presentación, totalmente segura de que su hijo que es muy tenaz para todo, comentó, seguirá haciendo cine.
Aún así, el donostiarra estrenará en las próximas semanas 7 días en La Habana, un proyecto coral, con guion de Leonardo Padura, donde, además de Medem, figuran los nombres de Benicio del Toro, Pablo Trapero o Juan Carlos Tabío.
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