Título: EL ALMA DE LA PAPISA
Autor: PEDRO GONZÁLEZ DE VIÑASPRE
Editorial: EREIN
Trama: En un museo de Nueva York roban una carta de
una antigua baraja de tarot, aunque posteriormente la devuelven de un modo
extraño. Poco tiempo después intentan robar una carta muy similar en un museo
de Vitoria. Un profesor y erudito retirado, escritor de novelas policíacas, con
la ayuda de un antiguo alumno periodista, se interesará por lo sucedido con la
intención de escribir una novela, pero mientras avanza en su investigación
literaria, lo que él imagina en su ficción está ocurriendo en la realidad.
Simultáneamente se narra los desvelos del último Visconti que gobernó Milán por
desentrañar los misterios de la existencia
Personajes: Jacinto Ayala, profesor de
Historia retirado y escritor de novelas policiacas, al que le gusta jugar con la
realidad para crear sus argumentos, Carlos Armentia, joven periodista
inexperto, antiguo alumno de Ayala, que colabora con su exprofesor para
ayudarle sin ser totalmente consciente de dónde se mete, Iosu Iradier, buen
amigo y antiguo amante, en su juventud, de Ayala, director del museo, un hombre
entregado a sus estudios y apasionado por las antigüedades, que vive con miedo
a que se descubra un secreto que guarda celosamente, Vicente Arana, conocido
como "Joker", mago y transformista que se gana un sobresueldo
realizando trabajo al margen de la legalidad, McGuffin, expolicía que trabaja
en el equipo de seguridad del museo neoyorquino, enviado a Vitoria para que
investigue las posibles conexiones entre los dos robos y que no se acostumbra a
los límites que la legalidad española establece a su tradicional forma de
trabajar en los Estados Unidos.
Aspectos a Destacar: El engarce entre la parte
histórica de la Milán del Renacimiento, la conexión esotérica atribuida al
tarot y la historia que se narra en plena época actualidad en Vitoria,
confrontando una trama realista y verosímil con otra más fantástica, logrando
un ensamblaje sin fisura alguna entre ellas.
La Frase: Hasta los más fanáticos han descubierto que
el capitalismo no es que esté en crisis, es que ha muerto. Pero hemos decidido
sentar el cadáver del abuelo en la mesa del comedor, y cenar con él como si no
hubiera ocurrido nada. Nos da pavor pensar qué haríamos si certificáramos esta
defunción, ya que preferimos vivir en la mentira que dar un paso adelante.
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