Si ser una niña adoptada en los años
cincuenta no fue tarea fácil, ser madre de un niño que se sospecha robado es
una de las más duras pruebas a que una mujer puede enfrentarse.
Sofía reúne en su persona ambas
condiciones, lo cual ha hecho de su vida una búsqueda continua, acuciada por
las angustiosas preguntas que acompañan a cada rastro, a cada duda, a cada
certeza…
Su tenacidad la ha llevado a los
archivos, a los medios de comunicación, a los tribunales, pero, sobre todo, a
descubrir la necesidad de unir sus fuerzas a las de otras madres en similar
situación. Junto a ellas ha conocido el sentido de la solidaridad y de la lucha
por esclarecer unos oscuros hechos que a todos nos interpelan.
Esta es su historia.
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