Título: SOÑÉ CON ELEFANTES
Título original: SANJAO SAM SLONOVE
Autor: IVICA DJIKIĆ
Editorial: SAJALÍN EDITORES
Trama: Un antiguo militar croata que participó en
las guerras de los Balcanes y sus correspondientes limpiezas étnicas y,
torturado por unos extraños remordimientos, denunciaba sus antiguos jefes y
compañeros, aunque sin mucho éxito, es asesinado. A nadie le inquieta esa
muerte, pero un hijo suyo desconocido, que es agente de la Seguridad Nacional,
decide profundizar en la investigación, al mismo tiempo que oficialmente está
sumergido en la investigación de uno de los jefes mafiosos surgidos tras la
desmembración de la antigua Yugoslavia.
Personajes: Andrija Sučić, exmilitar
croata y miembro de la Guardia Presidencial, que tras haber participado en
acciones de limpieza étnica se arrepiente y denuncia a sus compañeros,
volcándose en el cuidado de un elefante como método personal de expiación, Boško
Krstanović, miembro de la Seguridad Nacional, hijo secreto de Andrija, que
incluso ignoraba que tenía un hijo, y oscila entre el rechazo al padre
desaparecido y el deseo de esclarecer su muerte, Mara Ištuk, policía croata,
amante esporádica de Boško, dedicada profesional y vitalmente a la lucha contra
el crimen organizado, Vladimir Magaš, antiguo miembro de la Fiscalía de la que
dimite por negarse a hacer la vista gorda ante unos crímenes sectarios para
integrarse, paradójicamente, en la organización mafiosa de Jadran Rimac, emergente
jefe del crimen organizado, con buenos contactos políticos y objetivo, casi
obsesión, de Mara Ištuk, Damjan Radić, antiguo agente yugoslavo cuando este
país aún existía, posteriormente colaborador de Rimac y más tarde reciclado en
Croacia como jefe de la Seguridad Nacional, Bumbar, amigo y mentor de Rimac
cuando éste empezaba su carrera delictiva en Alemania, de origen serbio.
Aspectos a Destacar: Una de las primeras novelas en
clave de género negro que nos llegan desde uno de los antiguos países
yugoslavos hoy independizados (en este caso Croacia) y que nos muestra las
consecuencias de las guerras y conflictos sufridos en esa zona, no sólo
políticos y bélicos, sino personales y sociales.
La Frase: No matábamos para sobrevivir, no es que no
tuviéramos otra salida: los que matábamos lo hacíamos para sentirnos más cerca
los unos de los otros. Todo es sencillo, como en la niñez, solo que con los
años las cosas alcanzan proporciones más serias. Encendí mi primer cigarrillo a
los trece años: no quería fumar, un poco por miedo y un poco por asco, pero no
me atrevía a ser el único de nosotros siete en el patio del colegio que no le
diera una calada al pitillo. Más que de una bofetada de mi madre tenía miedo
del desprecio de los otros, del desprecio de los únicos a los que tenía. Tenía
miedo de quedarme solo para siempre.
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