La memoria traslada al autor a comienzos de los años ochenta, cuando un profesor de Olite llamado
Don Pedro, le contó por primera vez la batalla de Roncesvalles. De las
murallas de Pamplona llegaron a los bosques cerrados del Pirineo, donde
escucharon el olifante de Roldán y los lloros de Carlomagno. Aquella historia
estuvo presente hasta dar paso a la gestación de un trabajo que ha durado años
de investigación, hasta llegar a este libro, donde a la historia de la batalla
se une la de sus protagonistas, las fuentes documentales o indagar en las
verdades, mentiras o simples leyendas. Se exponen las opiniones de los expertos
sobre la localización de la batalla, el papel de las calzadas romanas, las
rutas medievales o La chanson de Roland. Treinta años después,
trasladamos al lector a la fragosidad del Pirineo aquel 15 de agosto del año
778, momentos antes de producirse la emboscada que marcará la historia de Euskal Herria.
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