LA NOVELA: Bartomeu, un joven payés que vive al lado de la
frontera, en la tarde del 27 de enero de 1939 contempla cómo cientos de
españoles salen al exilio por el paso de Portbou. Este joven ayuda a cruzar a
pie a un grupo que se ha bajado de un coche, ignorando que son los Machado.
Recoge una maleta de madera que ha caído de ese coche y, ya en casa, la abre y
descubre unos cuadernos que contienen el diario que Antonio Machado ha ido
escribiendo de enero de 1936 a enero de 1939, más unas cartas y otros
documento. En ellos el poeta va reflexionando sobre las causas de la guerra,
situación familiar, la República, el asesinato de clérigos, la cultura,
relaciones personales… El 22 de febrero del 39, Bartomeu acude al funeral en
Collioure, habla con José, hermano de Antonio, y conoce cómo ha sido la vida de
los Machado en Francia en sus últimos días.
EL AUTOR: Pablo Zapata Lerga nace el 30 de diciembre
de 1946 en San Martín de Unx, Navarra, un pueblo agrícola situado entre la
montaña y la ribera, formando un triángulo casi equidistante con Ujué, Tafalla
y Olite. Pueblo afamado por sus vinos, romano y medieval, encumbrado en
una ladera, antiguamente amurallado y con castillo defensivo frente al reino de
Aragón.
A los once años, primera
salida de casa para ir a Miranda de Ebro (Burgos), donde estudia Bachillerato en
el Colegio de los Sagrados Corazones. Allí se enfrasca en la lectura de tebeos,
junto con las novelas ensoñadoras de Verne, Salgari, Defoe, Stevenson, Melville,
Poe, Hoggard, Doyle, decenas de biografías y novelas del oeste. Luego, esa
lectura fue ascendiendo para acercarse a los grandes autores de la literatura
universal. Terminó bachillerato siendo un empedernido lector, y seguirá así
toda su vida.
Estudios
en Bilbao, donde cursa Magisterio, Diplomado en Filosofía Y Licenciado en
Filología Hispánica
Durante siete años ejerce
como profesor de lengua y literatura en Bilbao. Tras un año de profesor en
Sevilla (1982-83), retorna a Bilbao, donde desarrollará su docencia en
distintos institutos vizcaínos como profesor de Lengua y Literatura
Castellanas.
A lo largo de sus años de
docencia se ha dedicado, como trabajo extraescolar, a montar bibliotecas
escolares y dar cursillos y ponencias. Hizo el Proyecto de Bibliotecas
Escolares para el Gobierno Vasco y lo ejecutó durante cinco años montando
decenas de bibliotecas. Ha estudiado a fondo la literatura infantil y juvenil.
Es vicepresidente fundador de
la Asociación Amigos de Unamuno de Bilbao.
Artículo publicado en el periódico NOTICIAS DE NAVARRA (http://www.noticiasdenavarra.com/)
el 1 de mayo de 2014. Redactora: Ana Oliveira Lizarriba.
Es un autor al que siempre ha
leído con amor y respeto porque fue un hombre profundo, amante del
pueblo, honesto y consecuente, convencido de que la cultura era el medio más
importante para cambiar un país atrasado respecto a Europa. Por eso Pablo
Zapata (San Martín de Unx, 1946) ha querido rendir homenaje a Antonio Machado
en "La maleta de madera", un libro que mezcla novela y ensayo
en un intento por colocar a esta figura en el lugar que le corresponde, ya que
es patrimonio de todos.
La historia parte de una
anécdota. Siempre me he preguntado dónde habría quedado aquella maleta de
madera que el poeta sacó de Barcelona y perdió en el camino hacia el exilio
francés en Portbou, según el testimonio de su hermano José, cuenta Zapata,
que se ha tomado la licencia de contar qué sucedió con aquel objeto. En
concreto, en esta novela narra la experiencia ficticia de Bartomeu, un payés
que el 27 de enero de 1939 ayuda a cruzar la frontera a un grupo de españoles
sin saber que se trata de los Machado. En su trayecto, la familia pierde una
valija donde el joven descubre unos diarios que el escritor redactó entre 1936
y 1939. "La maleta de madera" conjuga el relato del
protagonista, que con los años acude al funeral del poeta en Francia, con la
lectura que va haciendo de esta crónica apócrifa.
El profesor navarro reconoce
que también hay otro motivo que le ha llevado a escribir este volumen, y es el
desconocimiento y la desinformación que hay sobre la Guerra Civil. Durante el
franquismo vendieron sus verdades los vencedores y esas verdades mentidas se
han quedado en el inconsciente de un público que no ha leído ni ha tenido la
oportunidad de de ir a otras fuentes", lamenta el autor que, más que
en la contienda en sí misma, ha preferido centrarse en los cinco años de
preparación de esta guerra atroz, para lo que se ha servido de las
investigaciones realizadas por expertos extranjeros como Preston, Gibson,
Jackson y otros.
Se nota que Zapata está
especialmente sensibilizado con el tema de la memoria histórica. Siguen por
toda España las placas en las calle y plazas, lápidas en las iglesias
ensalzando a los vencedores, mientras que, después de tanto tiempo, se niega el
descanso digno y reparador para otros. Y alude especialmente a las
decenas y decenas de maestros de la República que fueron enterrados en las
cunetas. Ellos representaban la dignidad y la cultura, opina el
profesor, que defiende que no puede haber olvido hasta que se conozca la
verdad auténtica para todos y haya reparación y justicia para todos.
En ese sentido, y a
diferencia de los libros de literatura infantil y juvenil que Zapata ha
publicado hasta la fecha, "La maleta de madera" es una novela para
adultos con cierto recorrido cultural. Es la visión machadiana de lo que
pudo ser y no fue, de ver cómo los ideales de la Institución Libre de
Enseñanza, que habían ido fraguando y cambiando la sociedad española fueron
erradicados con rabia por los levantiscos. Es el lamento de un sueño que no
pudo llegar a su plenitud y creo que abre caminos que muchos desconocen,
apunta el autor, que insiste en que Antonio Machado es patrimonio de todos.
Pese a todo, en el centenario de su nacimiento (1975), todavía no se habían
publicado en España sus obras completas y se prohibieron distintos homenajes a
su persona; lo persiguieron porque era un símbolo, lo quisieron reprimir y lo
degradaron después de muerto, pero nos quedan sus versos, su palabra, su verdad
ética y estética.
Mientras Pablo Zapata
escribía estas páginas, fue a visitar la tumba del autor de Campos de Castilla
en Colliure. Y me emocionó conocer lo que había sufrido aquel hombre bueno,
profundo y sencillo; ver su austera sepultura fue una prueba de lo que nunca
tenía que haber ocurrido. Este libro es un compromiso que tenía con don Antonio,
termina.
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