Título: ESTUARIO
Autor: JOAQUÍN DHOLDAN
Editorial: ANANTES
Trama: En una peligrosa travesía por mar, uno de los
tripulantes se suicida de modo inexplicable. Tan inexplicable que su viuda
contacta con un periodista radiofónico del que ella y su difunto marido eran
seguidores habituales, para contarle sus sospechas de que en realidad murió
asesinado. Cautivado, y también conmovido, por la confesión de la viuda, el
periodista decide realizar una serie de indagaciones, en las que acabará
involucrado personalmente y en las que, así mismo, se topará con un suceso naval
ocurrido en los tiempos de la II Guerra Mundial.
Personajes: Ismael
Leiva, periodista radiofónico que conduce un programa patrocinado por un
sindicato de marineros, hijo de un antiguo “desaparecido” de la dictadura
uruguaya, hombre tranquilo y apacible, aunque sensible a las injusticias, Vicente,
viejo luchador sindicalista, padre del hombre que se suicidó en el barco, Fabián,
marinero cuyo aspecto, sin embargo, indica que sus orígenes no son obreros,
dominado por el fanatismo religioso, Tomás, dentista de Ismael pero, sobre
todo, amigo suyo, que intenta ayudarle y aconsejarle cuando no sabe por dónde
tirar, Clara, estudiante de Arte que colabora con el sindicato pintando un mural
y se enamora de Ismael, hija de Wilson Grau, terrateniente y hombre de negocios,
cercano a la ideología ancionalsocialista, Estefanía, viuda del marinero que se
suicidó, embarazada de siete meses, lo que no disminuye su atractivo físico ni
su magnetismo sexual.
Aspectos
a Destacar: Con capítulos cortos, a veces
con simples pinceladas, el autor es capaz de describir tanto los personajes
como las situaciones en que se mueven, construyendo una historia coherente y
ofreciéndonos también un retazo de los desmanes de la dictadura uruguaya así
como de las ensoñaciones de quienes añoran antiguas y aún más perversas, si
cabe, dictaduras.
La
Frase: No quiero decir cursilerías,
pero te considero un amigo más que un paciente. Y mirá..., yo creo que la vida
es como un rompecabezas y nos van viniendo las piezas, en cualquier orden, y
las vamos poniendo, descartando y, en algún momento, una pieza que nos llegó un
día encuentra su lugar y a veces pasa que nos llega una pieza que ni siquiera
es de nuestro rompecabezas.
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