Título: GUÍA DEL BUEN LADRÓN: ÁMSTERDAM
Título
original: THE GOOD THIEF'S GUIDE TO
AMSTERDAM
Autor: CHRIS EWAN
Editorial: LA FACTORÍA DE IDEAS
Trama: Un escritor, que ocasionalmente también
ejerce de ladrón de guante blanco, es contratado en Amsterdam por un americano
para que robe dos figuras que representan a unos manos que se tapan los oídos y
la boca. Aunque es reacio a aceptar el encargo finalmente le vence la
curiosidad y lo lleva a cabo, pero cuando va a entregárselas al hombre que le
hizo el encargo, resulta que éste ha sido asesinado y él es el principal
sospechoso. Y para colmo de males, las figuras robadas no parecen tener un gran
valor en el mercado.
Personajes: Charlie Howard, escritor de
novelas policiacas protagonizadas por un ladrón que siempre se mete en líos y
él también ladrón, meticuloso, enemigo de las armas y con cierto sentido del
humor, Marieke, joven camarera rubia de un pub de Amsterdam, decidida y
manipuladora, amante del americano asesinado, Burggrave, inspector de la
policía de Amsterdam, hosco y hostil con Howard ya que está convencido de su
culpabilidad, Riemer, inspectora de policía, jefa de Burggrave, y de carácter frío y más calmado
que su subordinado, Rutherford, abogado de Howard, una especie de "bon
vivant" siempre dispuesto a echarle una mano, Victoria, agente literaria y
confidente de Howard.
Aspectos a Destacar: Primera novela de una serie
protagonizada por un ladrón al que su actividad le obliga a desentrañar
crímenes que en principio la policía le suele adjudicar, lo que sin ser
novedoso sí es poco habitual, con el ingrediente añadido del guiño al lector
que supone que ese ladrón de ficción sea a su vez también un escritor cuyas
novelas están protagonizadas a su vez por otro ladrón al que su actividad le
obliga a desentrañar crímenes que aparecen mientras está efectuando algún robo.
La Frase: Supongo que a algunas personas puede
sorprenderles que la mayor parte de los ladrones profesionales tiendan a evitar
irrumpir en un lugar en mitad de la noche. Sí, es verdad, hay menos gente
merodeando, pero si alguien te ve en cuclillas delante de una puerta cerrada a
las tres de la mañana, bueno, eso les resultaría bastante sospechoso. Sin
embargo, si te pones con el mismo cerrojo, por ejemplo, a las siete y media de
la tarde, corres el riesgo de que te vea más gente, pero también hay una buena
oportunidad de que no le den mucha importancia. Después de todo, los ladrones
sólo trabajan de noche, ¿no?
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