Iñigo Bolinaga, autor de ensayos históricos como El
testamento o La alternativa Garat, se sirve generalmente de técnicas
propias de la narrativa de ficción, pero en su último trabajo Sinfonía
guerrera, ha cruzado la línea
El libro del escritor de Elorrio revive la batalla de
Vitoria que, como Donostia, conmemora el segundo centenario, y tiene como uno
de sus ejes la sinfonía Opus 91 que Beethoven creó para celebrar la decisiva
victoria de las tropas de Wellington sobre las de Napoleón en las inmediaciones
de la capital alavesa. La sinfonía, además, le otorgó al músico un enorme éxito
mundial, y por tanto, dinero, fama y euforia. Sin embargo, más tarde reconoció
que había sido una claudicación ante los gustos del público menos exigente y
dijo que era una obra de interés comercial.
El autor aborda la historia desde dos puntos de vista, por
un lado, la guerra imaginada, épica, gloriosa, heroica e incluso estética. Esta
es la visión desde la que trata Beethoven el suceso, ya que el músico nunca
asistió a ninguna. Por otro lado, la guerra vivida, devastadora, cruel y
deshumanizadora, que nada tiene que ver con lo que Beethoven transmitió.
Aparecen muchos personajes conocidos como el General Álava o
la marquesa de Montehermoso , entre otros, pero el personaje principal -el
único de ficción- es Marcuello. Este le sirve al autor para convertir la
historia en novela. Marcuello a veces es cobarde y a veces valiente y Bolinaga
deja ver que la gente no es ni cobarde ni valiente, sino que son las
circunstancias las que hacen comportarse de una manera u otra.
El autor comentó que el objetivo ha sido acercar la historia
de una forma fácil y sencilla, y más asimilable que lo que normalmente suele
ser la historia científica. También remarcó que "no es un novela con
escenario histórico sino una historia con escenario novelesco".
Artículo publicado
el 4 de julio en el periódico NOTICIAS DE GIPUZKOA: http://www.noticiasdegipuzkoa.com/
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