Título: EL MARTILLO AZUL
Título
original: THE BLUE HAMMER
Autor: ROSS MacDONALD
Editorial: BRUGUERA
Trama: El detective Lew Archer es contratado para que
investigue el robo de un cuadro. El encargo no parece tener mayor trascendencia
salvo por el hecho de que el lienzo parece ser la obra de un famoso pintor
desaparecido hace muchos años y al que todo el mundo da, o prefiere dar, por
muerto. La investigación se complicará aún más cuando el propio marchante que
vendió el cuadro aparezca asesinado.
Personajes:
Lew Archer, detective protagonista de la mayoría de las obras de MacDonald, un
tanto escéptico ante el género humano por lo que ha visto a lo largo de su
trayectoria profesional, pero que aún así sigue considerando importante
averiguar la verdad de lo ocurrido, Jack y Ruth Biemeyer, matrimonio
propietario del cuadro, él un magnate de la minería y ella una mujer amargada que
se considera fracasada en su matrimonio, Doris Biemeyer, joven hija de los
anteriores, con un problema fuerte de baja autoestima, Fred Johnson, treintañero,
estudiante de arte y amigo de Doris, especialista en el pintor desaparecido que
intenta destacar en su profesión averiguando si el cuadro robado ha sido
pintado en realidad por dicho artista, Gerard y Sara Johnson, padres de Fred,
él alcholizado desde que volvió de la guerra, que permanece constantemente
encerrado en su casa, ella una enfermera a la que le cuesta mantener sus
empleos, Francine Chantry, mujer del pintor desaparecido, que ha dedicado su
vida a honrar su memoria, Betty Jo Siddon, periodista de la localidad, honrada
y buena profesional, lo que no le impide ser ambiciosa.
Aspectos
a Destacar: De Ross MacDonald se ha
dicho, y suscribo esa opinión, que siempre escribió la misma novela aunque en
cada ocasión la escribía mejor, ya que en todas sus obras aparece su obsesión
por las consecuencias que traen al presente hechos acaecidos en el pasado y que
se han intentado, infructuosamente, silenciar u olvidar. Siendo "El
martillo azul" su última novela es quizás, por tanto, una buena muestra de
la maestría que llegó a alcanzar en el género.
La
Frase: Me senté a su lado, sobre el
suelo alfombrado, que repetía el diseño de la ventana con su vidrio de colores.
En ocasiones casi deseaba ser sacerdote. Comenzaba a cansarme de los
sufrimientos de la gente, y me preguntaba si un traje negro y un cuello blanco
podían ser una protección adecuada. Nunca podría saberlo. Mi abuela, la del
distrito de Contra Costa, me había destinado al sacerdocio, pero yo había
elegido otro camino.
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