martes, 19 de enero de 2016

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 554.-LA SOMBRA DEL SACRISTÁN (E. C. R. LORAC)



Título: LA SOMBRA DEL SACRISTÁN
Título original: BLACK BEADLE
Autora: E. C. R. LORAC
Editorial: ALIANZA
Trama: La muerte de un hombre atropellado por un vehículo de motor puede ser un acontecimiento lamentable y trágico, pero no extraordinario. Aunque cuando se empiezan a tener indicios de que el atropello no fue accidental, sino provocado, y que pueden llegar a estar implicados personajes pertenecientes a las altas esferas, a Scotland Yard no le quedará más remedio que intervenir, poniendo en juego a su mejor agente de homicidios.
Personajes: Macdonald, inspector de Scotland Yard de origen escocés, terco, obstinado, honrado e inteligente, John Soane, viejo político británico acostumbrado a moverse en la sombra para manejar lo que ocurre en los ámbitos gubernamentales, Gilbert Mantland, experimentado político inglés, protegido de Soane, Garlandt, poderoso financiero británico de origen judío, obsesionado por la persecución que están sufriendo sus hermanos de raza a manos del gobierno nazi alemán y sus aliados europeos, Revian, industrial metido a político, que compite con Mantland por un importante puesto, pese a ser ambos amigos, y que no tiene excesiva simpatía por los judíos, Mr. Suttler, gerente de una pequeña empresa, tiránico, despótico y chantajista, Charles Raymond, alto funcionario británico, amigo tanto de Mantland como de Revian, fatuo, prepotente y altanero.
Aspectos a Destacar: La construcción de una intriga en la línea de la novela británica clásica de detección, pero con un componente cercano a lo que es la "novela negra" en sus temáticas ya que aborda tanto los manejos de las clases dirigentes británicas de la época (finales de los años 30 y principios de los 40) como el nazismo triunfante en Alemania y cuya ideología se iba extendiendo por otros países.
La Frase: Macdonald, como los chinos, tenía una categoría especial de "personas superiores", a quienes respetaba de todo corazón, pero no admitía a nadie en esa compañía únicamente por razones de prestigio o éxito, de posición o riqueza. "Un hombre es un hombre, a pesar de todo eso", era su aforismo. Debajo del barniz de los lujosos ropajes, o de la miseria de los harapos, de los buenos modales o de la rústica manera, había un ser humano.

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