miércoles, 21 de junio de 2017

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 610.-EL RASTRO DEL LOBO (JOSÉ LUIS MUÑOZ)


Título: EL RASTRO DEL LOBO

Autor: JOSÉ LUIS MUÑOZ

Editorial: EDICIONES TRASPIÉS

Trama: Aribert Ferdinand Heim, el médico del campo de exterminio de Mauthausen, fue un carnicero a la altura del tristemente célebre doctor Mengele. Y al igual que su colega en profesión, ideología y crímenes, consiguió escapar a la justicia internacional y a los servicios de Inteligencia israelíes. O quizás no…, aunque no por eso dejaron de perseguirlo.

Personajes: Aribert Ferdinand Heim, el carnicero de Mauthausen, nazi convencido y sádico más convencido si cabe, Joachim Schoök, policía alemán obsesionado por encontrar la pista de Heim por motivos que rozan lo personal, Efraim Zuroff, cazador de nazis de la oficina de Wiesenthal, Rüdiger Heim, hjo del carnicero de Mauthausen, empresario que colabora con Schoök desinteresadamente según él, aunque el policía piensa que es por razones económicas, coronel Danny Baz, militar israelí, vehemente y apasionado, convencido de que ha ejecutado a Heim, Elsa Ribentroff, presa de Mauthausen a la que Heim convierte en su amante, Tarek Hussein Farid, alemán residente en Egipto y converso al Islam, que podría ser el propio Heim.

Aspectos a Destacar: José Luis Muñoz, al igual que en “El mal absoluto”, nos enfrenta ante lo que fue el nazismo, crudamente, sin concesiones a la galería. Porque el horror, si se edulcora, acaba convirtiéndose en un pasatiempo frívolo, y el autor sabe, y nos lo transmite con maestría, que sólo si lo miramos de frente seremos conscientes de que, por usar el título de su anterior novela, estamos ante el mal absoluto.

La Frase: Somos hijos de los tiempos que nos han tocado vivir, y si hubiéramos nacido en la Roma imperial y fuéramos patricios, en nada nos disgustaría ver como los leones devoraban a los cristianos o los gladiadores luchaban a muerte entre sí. Y si fuéramos espartanos veríamos con normalidad que a nuestros hijos débiles los abandonaran en el monte Taigeto, ¿Se avergüenzan los descendientes de Roma o los griegos de lo que hicieron sus antepasados? Lo que sucedió durante el III Reich está muy lejano y puede que fuera equivocado. Nos creímos que éramos una raza superior y estábamos llamados a dominar el mundo. Y nos lo creímos todos.

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