lunes, 5 de octubre de 2020

GOIKO Y LA PRESENTACIÓN DE "UNA TUMBA EN JERUSALÉN"

Últimamente le tengo a Goiko un tanto soliviantado. Incluso me amenazó con no venir a la presentación de UNA TUMBA EN JERUSALÉN el próximo viernes 9 en la Biblioteca de Bidebarrieta de Bilbao, con motivo de la Feria del Libro.

--Pues casi mejor --le he dicho--. Porque tú, en ese tipo de actos, te sueles conducir como un elefante en una cristalería.

De todos modos, como no entendía su actitud, le he preguntado a qué se debía.

--A que me tienes marginado. En tus últimas tres novelas, ASESINOS INOCENTES, EL JURAMENTO DE WHITECHAPEL y la que vas a presentar este viernes, UNA TUMBA EN JERUSALÉN, no aparezco.

--Hombre, es que en EL JURAMENTO DE WHITECHAPEL y UNA TUMBA EN JERUSALÉN no podías aparecer. Salvo que te hubiera hecho funcionario del “Ministerio del Tiempo”.

--Muy gracioso lo tuyo. Pero, ¿qué me dices de ASESINOS INOCENTES? ¿Eh? Esa transcurría en esta época, nuestra época.

--Sí, pero el protagonista era un abogado corrupto.

--Un buen escritor habría sabido cómo meterme en la novela.

Eso sí que me llegó al alma. Que un personaje de ficción, que además era una creación mía, pusiera en duda mis dotes de escritor, era inadmisible.

--No te me subleves que no tienes razón –le contesté sin disimular mi enfado--. Además, fuiste tú quien no quisiste aparecer en ASESINOS INOCENTES.

--¿Sí? ¿De verdad? Demuéstramelo –me dijo en plan chulito.

--Ahora mismo.

Y aprovechando la ocasión que me daba le leí el siguiente párrafo de ASESINOS INOCENTES:

 

“..en pocos minutos iba a entrevistarme con el detective más caro de la ciudad. No sólo iba a entrevistarme con él, sino a pagarle una buena comida en uno de los mejores restaurantes de Bilbao, y eso sin contar con la minuta que seguramente tendría que abonarle por sus servicios. Pero cuando busco un detective siempre busco el mejor, y si nos olvidamos de Mikel Goikoetxea, un exertzaina más conocido como Goiko al que todos consideran el número uno de su profesión en Euskadi, pero cuyo carácter indisciplinado y la animadversión que suscitaba en todo el estamento jurídico vasco me aconsejó no contratarle, independientemente de que a algunos intermediarios les comentó, en su momento, que no trabajaría jamás para alguien como yo, frase que no se la tomo en cuenta porque seguramente debió proferirla en estado máximo de ebriedad, única forma de explicar tan absurdo exabrupto, me llevó a contratar a un antiguo subcomisario del Cuerpo Nacional de Policía

 

--¿Con eso crees que tendría que haberme conformado? ¿Ir de segundón, o como se dice en el cine, hacer un “cameo” al servicio de un abogado indigno? Yo valgo mucho más que eso, por Dios, que hasta el momento he sido el protagonista de cuatro de tus novelas: PÁJAROS SIN ALAS, LA LUZ MUERTA, LA ÚLTIMA BATALLA y DEMASIADO RUIDO.

Lo que me faltaba, que se creyera una vedette. En fin, he tenido que prometerle que volverá a ser protagonista en el futuro de alguna de mis novelas. Pero eso sí, le he exigido que no venga el próximo viernes (ya lo sabéis, en la Biblioteca de Bidebarrieta de Bilbao) a la presentación de UNA TUMBA EN JERUSALÉN.


Cuanto más lejos lo tenga ese día, mejor para todos.


 

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