Una joven de una prominente familia desaparece sin decir nada ni a familiares ni amigos, un periodista recibe una visita desagradable, un antiguo exiliado que llegó a ser alto cargo en los servicios de inteligencia de los Estados Unidos decide regresar a su tierra tras haberse jubilado. Simultáneamente, un detective de complicado pasado, un inspector de policía al que sus superiores marginan y un agente de la CIA que desea prosperar en la organización, se sumergen en la investigación de cada uno de los sucesos que acabarán irremediablemente unidos, enlazando oscuros acontecimientos ocurridos en la lejana época de la Segunda Guerra Mundial con las tramas del narcotráfico que actúan impunemente hoy en día.
EL FARO DE VIGO (Patricia Álvarez)
La novela ganadora del Premio Prensa Canaria 1996 es un trepidante relato policiaco en el que se enlaza a los terroristas y narcotraficantes de hoy con los nazis de la Segunda Guerra Mundial.
Rara vez optan los jurados literarios por conceder premios a novelas policíacas, tradicionalmente despreciadas por la crítica y consideradas de segundo orden frente a la llamada literatura de calidad. A este género pertenece, sin embargo, Lejos de aquel instante, el libro que ha ganado el Premio de Novela Prensa Canaria en su edición de 1996. En esta ocasión, el jurado, compuesto por Manuel Vicent, Juan Cruz, Domingo Ynduráin. Blanca Berasátegui y Marta Jul, se ha inclinado por premiar, frente a valores más etéreos, la máxima actualidad del tema tratado en esta novela, su dinamismo y agilidad. Todo ello, unido a su proximidad a la realidad vasca y el estímulo que supone
para reflexionar sobre lo que ocurre hoy en el ámbito del contrabando de drogas, puede hacer que Lejos de aquel instante se convierta en un éxito de ventas.
Este premio supone, además, la revelación nacional de José Javier Abásolo, un joven escritor, desconocido pero no novato, que ha ganado ya otros concursos de relatos policíacos convocados en el País Vasco.
Dotado de una poderosa imaginación y de un notable dominio de los resortes del género, José Javier Abásolo construye en Lejos de aquel instante una compleja trama en la que se enlaza el entramado actual de Euskadi con la convulsa situación europea en los años de la Segunda Guerra Mundial. Tres sucesos aparentemente inconexos ponen en marcha la novela: la desaparición de la hija de un conocido empresario, el misterioso suicidio de un periodista que investigaba las redes del narcotráfico en el País Vasco y el
asesinato de un agente de la CIA que tras su jubilación ha vuelto a su Bilbao natal.
Mientras los cadáveres se amontonan, la historia se va complicando con la aparición de sectas destructivas de la personalidad, cargamentos de armas con destino a Ruanda, atentados terroristas, ex torturadores argentinos y lejanas conspiraciones nazis para fabricar la bomba atómica, Todo esto, que parece un rompecabezas indescifrable, lo resuelve José Javier Abasolo con inusitada habilidad. Aportando la pieza que faltaba las demás cobran sentido, cerrándose una trama en la que por fin no queda ningún cabo suelto.
Sin pretensiones estilísticas ni afán de crítica social. Abasolo ha elaborado un relato enormemente fluido en el que no faltan la acción, las escenas eróticas y el sentido del humor frente a una sociedad que se encuentra impotente.
EL CORREO (Pedro Ugarte)
Extraña un poco constatar que el País Vasco (uno de los escasos reductos novelescos de la civilizada Europa, por cuestiones sociopolíticas que no vienen al caso) es un territorio casi virgen para la narración policíaca. El carácter conflictivo de nuestra sociedad cuenta con todos los elementos para desarrollar la compleja trama que precisa esa vertiente novelística.
A esporádicos intentos anteriores se suma ahora Lejos de aquel instante, primera novela del autor bilbaíno José Javier Abasolo, un libro que acepta todas las normas del género y las explota con agilidad y ambición narrativa. Abasolo se propone un arranque en la mejor tradición: varios sucesos (el asesinato de un periodista, el de un agente jubilado de la inteligencia norteamericana, la misteriosa desaparición de una mujer) sin relación entre sí ponen en marcha la compleia maquinaria de la intriga. Abasolo crea una dual dirección detectivesca (Manuel Rojas, inspector de la Policía del Estado, e lñaki Artetxe, ex ertzaina que se ve obligado a sobrevivir como un oscuro investigador privado) para conducir al lector a través de un enmarañado laberinto de intereses y ambiciones, dentro de un enmarque paisajístico inusualmente cercano: el Bilbao del Ensanche, que cuenta con la referencia continua de sus calles y avenidas.
Abasolo se siente sorprendentemente seguro de sus fuerzas y culmina la trama según las leyes de un mecanismo de relojería. Lejos de aquel instante puede representar el arranque de una verdadera novela negra enmarcada en este país.
ABC (Pilar Castro)
A estas alturas, la sempiterna discusión sobre si es más o menos cierta la frase en la que los términos realidad y ficción alteran sus posiciones, para competir por el alcance de sus propuestas, ha perdido sentido Según testimonios de lo real, la ficción se Queda corta; según afirma García Márquez, es el propio novelista quien se ve obligado a atenuar la realidad en sus novelas por temor a que sus lectores no se la crean. Lo decía a propósito de las consideraciones suscitadas por la ”noticia” que daba su último libro, esa magnífica y descarnada crónica de la afrenta con la que el “holocausto” del narcotráfico desarticula, desde hace años, la realidad colombiana.
Si ahora vienen a cuento estas consideraciones es porque de nuevo otro libro pone el dedo en la espiral de terrorismo y violencia indiscrirninada que llena de accidentes la geografía humana de nuestro tiempo. No hay asombro en el hecho de que su autor se sirva del género negro. El modelo está ahí, en la trama de policías, detectives, jeques del narcotráfico y víctimas de una realidad sin recursos para defenderse. No hay necesidad, por tanto, de enmendarle la plana a ésta trasladando esos motivos, tan propios de la novela de acción e intriga, a otras fórmulas narrativas donde no se da prioridad a la sugestiva conciliación de lo novelesco y lo social.
Le que sí produce asombro -y admiración- es que el empeño proceda de un autor novel (el último de los galardonados con el Premio de Novela Prensa Canaria), José Javier Abasolo (Bilbao, 1957); que, además, éste actúe con conocimiento de causa -pues ejerce la abogacía en Euskadi y es funcionario del Gobierno vasco- y le regale a su primera novela la coherencia documental que requiere su caso: el de una acción recreadora de la indescifrable y compleja red de intereses que están al servicio de la violencia urbana. Un tema que siempre ha seducido a las historias policíacas, y que enganchará a quienes gusten de tropezar con la realidad acotada por las leyes de ese género. Pero sus méritos van más a!lá del valor documental y testimonial que se le supone a una trama amparada en los postulados de la ficción. Su argumento sucede hoy y pretende desarticular una banda de narcotraficantes con sede en Bilbao, pero ese plano actual esta relacionado con otro del pasado en el que coinciden los años del final de nuestra guerra civil y los que duró la segunda guerra mundial, tiempos difíciles para el mundo, y oportunos para negociantes sin escrúpulos Fue entonces cuando quedó Sin final el ajuste de cuentas que decide emprender ahora, cincuenta años más tarde, un alto cargo de la ClA.
Con él comienza la novela, preparando su regreso a Bilbao, su jubilación y un expediente sobre ese asunto de “narcos” en el que está dispuesto a intervenir. Él protagoniza una de las acciones que aquí se simultanean en un audaz cuadro de planos y en un arriesgado cruce de perspectivas sobre las que avanzan las pesquisas de otros personajes. Y es que la realidad que ofrece esta historia, además de ser fragmentada, tiene volumen y varias caras, y el mayor acierto de su autor está en la pericia que demuestra al ofrecer su relato como un esforzado proceso de construcción sobre el que va levantando extrañas coincidencias y casualidades que no parecen nada concluyentes.
Todo menos pistas que vayan dirigidas a un final que aclare las condiciones -¿suicidio, asesinato, accidente?- de una serie de muertes que nadie acaba de relacionar. Porque nadie se ocupa de ello, de todo, queremos decir. Porque ni siquiera se le puede llamar "caso” al rompecabezas de violencia que asesta la ciudad. De modo que es difícil esperar que la parcela asignada al viejo Inspector Rojas acabe en algo firme; o que lñaki Artetxe, el ex ertzaina que acaba de salir de la cárcel tras un malentendido que le acusó de “colaborar con el terrorismo” pueda avanzar en su acción de detective privado en busca de razones que justifiquen una extraña desaparición. Y así una larga lista de personajes que intervienen con su historia personal y que, si bien distraen en ocasiones con identidades de las que cabría esperar más, acompañan al lector con sus incertidumbres hacia un final que se ve forzado a resolverse demasiado deprisa, pero que deja pruebas sobradas de un agudo e inteligente estratega, de alguien a quien vale la pena esperar en nuevas afirmaciones del género negro.
(Pilar Castro, ABC)
« Jamais je ne t'oublierai », de José Javier Abasolo
Un journaliste d'investigation « suicidé » à l'héroïne. Un ancien de la CIA poignardé par un drogué à son retour au bercail... A Bilbao, les morts violentes se succèdent, dans une atmosphère lourde de suspicions. Sur fond d'enquêtes croisées, José Javier Abasolo signe un livre palpitant et passionnant. Après l'excellent « Nul n'est innocent » (L'Atalante, 2000), le romancier espagnol offre une nouvelle occasion de se plonger dans l'histoire de l'Espagne, depuis la Seconde Guerre mondiale jusqu'à la terreur de l'ETA.
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