El primer día (1 de septiembre) para “aterrizar” o los que siguieron por su lugar habitual viendo el “aterrizaje” de los otros. El segundo día (2 de septiembre) la carta del librero. Esperemos que sigan todos y todas ustedes.
A nosotros nos han dejado algunos de los nuestros. Por ejemplo, Alan Courneau, el director de cine. Tuvimos el placer de compartir buena parte de una tarde con él. Estaba por Barcelona en una Semana de cine francés, alguien le hablo de una pequeña librería especializada en polar (así llaman en Francia al género negrocriminal) y él que era un gran lector quiso conocerla. Apareció una tarde por la librería, junto a Mme Trintignat. Las tardes entre semana suelen ser solitarias, tuvimos tiempo para hablar de Police Phyton 357, de "Série Noire", la suya y la de Gallimard, hicimos cábalas y bromas sobre por que eran 1275 âmes el 1280 almas de Thompson, nos contó cosas de Montand, de Depardieu, de Izzo, del gran, grandísimo, José Giovanni. Son tardes como ésta las que nos permite reafirmar que una librería es un lugar mágico.
Septiembre es el inicio del curso, y para los negrocriminales, comienza con (aparte de la primera carta del librero) el “Premio Internacional de Novela Negra RBA”. El próximo 9 de Septiembre, jueves, a las nueve de la noche, conocerán ustedes el nombre del ganador. Y ese mismo dia conoceremos el final del relato que Philip “Bernie Gunther” Kerr esta escribiendo en Twitter desde el 30 de Agosto. Creo que se puede seguir en @Pinn_RBA.
El inicio de un curso que se anuncia lleno de grandes novelas. Con viejos amigos y con nuevos autores y autoras. Preparen el sillón, o el lugar, de las buenas y placenteras lecturas. No saldremos de la crisis, pero nos meteremos en fascinantes historias.
Luis de Caralt, un gran editor de los años 50, tenía una colección llamada” Bestsellers de la Violencia”. Seguro que en esta época de lo políticamente correcto, algún “experto” le hubiera desaconsejado el nombre.
En ocasiones cuando un libro se vuelve a traducir se cambia el título. Pero no siempre es así. Con la misma traducción de Rafael Marin, en Emecé, se llama Todo tiene un precio, y en la colección Crim de Martinez Roca, se llama Muerte Aplazada. La misma novela de James Hadley Chase, prolífico y poco leído. Los editores españoles siempre haciendo “milagros”…
Sospechosos, de David Thomson, Mondadori, Colección Roja y Negra, Traducción de Victoria Alonso. Esta es nuestra primera recomendación del curso. Una recomendación entusiasta si como nosotros, han disfrutado, disfrutan y disfrutarán con el buen cine negro.
Los personajes de Casablanca, Chinatown, El Padrino, El largo adiós, Lolita, El cartero siempre llama dos veces o Taxi driver son solo algunos de casi un centenar de nombres que pueblan la mente del narrador de esta original novela. Escrita con pequeños capítulos a modo de biografías, la novela reconstruye las vidas de los personajes antes y después de las películas que todos conocemos formando una sola historia con múltiples hilos narrativos que incluyen los personajes más célebres del cine negro americano de todos los tiempos. El narrador, cuya identidad no se revela hasta el final, tiene una misión que llevar a cabo. Este pretexto servirá para que todos los personajes, aparentemente distantes entre sí, acaben relacionados, formando una especie de sociedad noir.
No lo duden, Autorregalénselo ya mismo. Y no es preciso leerlo de corrido. Es un gran libro, pero no una novela. Puede ir degustando poco a poco, como los buenos whiskys, los viejos coñac, los rones hors d´age o lo que usted disfrute mucho, pero mucho mucho. Cada capítulo es una evocación.
Y si alguien se lo regala ponga su mejor sonrisa, alguien le está proponiendo compartir los buenos recuerdos de las mejores películas de nuestra vida. Alguién les está diciendo. “Quiero que te acuerdes de mí, la próxima vez que vuelvas a ver ...”
¿Qué fue de Ilse, Laszlo y de Rick (entre muchos otros) cuando dejaron Casablanca?, ¿dónde fueron?
David Thomson hace que parezca fácil seguir la pista a los Sospechosos habituales, en la fábrica de sueños. Gracias, Sr Thomson.
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