Artículo aparecido en el periódico de Bilbao El Correo el 1 de junio de 2011. Redactor: Iñaki Esteban
Tánger cumple con todas las exigencias para ser el escenario perfecto de una novela negra. Tiene una zona portuaria, con sus marinos y prostitutas, y hay también miles de africanos esperando a coger una patera, dentro de un ambiente de corrupción generalizada y deseos destruidos. Así las cosas, cualquier asesinato puede ocurrir. A cualquier hora.
Jon Arretxe (Basauri, 1963) ha elegido la ciudad marroquí como marco de su última novela, que ha salido al mismo tiempo en euskera y castellano con los títulos de Tangerko ametsak y Sueños de Tánger, traducida por Cristina Fernández. Hay un sitio al que le llaman el 'Mirador de los perezosos', desde donde se ve Gibraltar y Tarifa. Muchos africanos que no han podido pasar a Europa se quedan allí mirando, tirados, sin poder ir ni para adelante ni para atrás, avergonzados porque se han gastado el dinero de la familia, describe Arretxe.
Un mal sueño, pero ya no tan inocente. Antes se creían que les esperaba lo que veían en las series de televisión, todos ricos y guapos. Pero ya no. Saben que aquí no está el Paraíso, que la crisis es dura, pero aun así les compensa.
Mousa, uno de los personajes principales de la novela, no quiere renunciar a cruzar El Estrecho y aguanta como puede. Fátima, una joven prostituta que ha sido repudiada por su familia en el Rif, sigue manteniendo el sueño de dejar su tierra. Y luego está el asesino, que llega en el último ferry del día con un 'trabajo' que realizar.
Otro hilo narrativo conduce a Bamako, la capital de Mali, donde llega una chica blanca buscando a una persona y mostrando una foto por si le reconocen. Los dos cabos se unirán y, si se quiere sacar una conclusión, aclara Arretxe, sería esta: Haz sólo lo que sabes, porque si te metes en otras cosas puedes liarla.
El escritor conoce bien África desde hace mucho tiempo. Estuvo en Bamako hace veinte años y se hizo muy amigo de una familia con la que ahora se comunica por Internet. También ha pisado Tánger. Tres veces durante los últimos doce meses, mientras escribía esta obra.
En ella no sólo se recogen los aspectos más dramáticos de la ciudad norteafricana. Los fines de semana, los pubs del paseo marítimo se llenan de gente y te parece que estás en Ibiza. También hay personas que tienen mucho dinero. Y luego está la medina vieja con recovecos y sus laberintos, con ese miedo que nos hace sentir a los europeos. Tánger ha inspirado a muchos escritores, como Bowles y Burroughs. Y a Jon Arretxe, también.
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