Título: TELARAÑA PARA MATAR
Título original: WEB OF MURDER
Autor: HARRY WHITTINGTON
Editorial: PLAZA Y JANÉS
Trama: Un abogado de una ciudad de provincias,
unido a una mujer de la que ha dejado de estar enamorado pero que controla con
mano férrea la fortuna familiar, decide deshacerse de ella para heredarla y, de
paso, poder rehacer su vida con la mujer de la que está enamorado. Para ello,
con los amplios conocimientos que le ha proporcionado el ejercicio de su
profesión, ideará lo que parece ser el crimen perfecto.
Personajes: Charley Brower, brillante
abogado unido a una mujer a la que no ama y que se niega a concederle el
divorcio, su mujer, Cora, insensible a sus peticiones de divorcio ya que le
sigue amando pese a saber que él no la corresponde, Laura, secretaria de
Brower, de la que éste se enamora locamente, amor que resulta ser recíproco,
Mike Welch, cliente de Brower, traficante en coches robados y bien relacionado
con ambientes delictivos, Victoria Haines, antigua clienta de Brower, que le
tramitó su divorcio, mujer fría y calculadora, enamorada también de éste y que
hará todo lo decible indecible por conseguir sus propósitos, Frank Vanness,
agente de policía que ha tenido tratos con Brower debido a anteriores asuntos
en los que habían estado enfrentado, policía eficaz y metódico, pero con un
alto sentido moral y puritano de la vida.
Aspectos a Destacar: Whittington es uno de los
mejores sucesores de James M. Cain en el subgénero, dentro de la novela negra,
dedicado a la narración de los crímenes que se cometen por motivos "amorosos"
o "pasionales", pero que sirven, en realidad, para mostrar la
degradación en la que están sumidos los protagonistas al actuar en una sociedad
que propicia, por sus características cerradas, asfixiantes e injustas, esa misma
degradación.
La Frase: Ahí es donde se equivoca...Todo el mundo
necesita una rubia o una pelirroja. Todos los días. Si todo el mundo tuviese
cada día una rubia o una pelirroja, ¿sabe qué pasaría? Pues que no habría
guerras, ni úlceras, ni ataques coronarios. Los problemas se presentan cuando
un hombre olvida para qué el buen Dios le ha puesto aquí, en la Tierra.