¿El Mal se hereda? ¿Podemos hacer algo para salir de la senda que nos ha marcado el destino, la genética, lo aprendido?
La manera de sobrevivir fue aprender a
destruir. La familia no significa nada si te hace daño. Y ha llegado el momento
de empezar a saldar cuentas con el pasado. Solo un paso cada vez. Aunque ese
paso suponga ganar al maestro en atrocidades y convertirse en el nuevo Matarife
de Durango.
¿Se puede volver a la sociedad una vez
apartado, marcado, destruido?
Hay segundas oportunidades, si se saben
aprovechar. Ni siquiera son las segundas; son oportunidades, sin más. Sin
menos. Y, a veces, hay que estar muy desesperado para atreverse a aceptarlas.
Porque cuando menos te lo esperas, no queda más remedio que defender a las
personas que te importan. Miel “Basajaun” y Lur coincidieron en eso, y en
algunas cosas más. Porque, para algunos, la familia lo es todo.