Jon
Ormaza, funcionario de la Diputación de Bizkaia, es enviado a Noruega para
solucionar el problema de tres jubilados que participan en un programa cultural
de intercambio y llevan ya un tiempo sin ponerse en contacto con sus familias.
Ormaza solventa sin dificultad el asunto de dos de ellos, pero el tercero le
llevará a viajar hasta al archipiélago Svalbard, en pleno Círculo Polar Ártico,
y tendrá un desenlace inesperado. De regreso a Bizkaia, descubrirá que la
relación que mantiene con su mujer es tan auténtica como el parque temático en
que ha quedado convertido el barrio de Algorta en su afán por encandilar a los
turistas que llegan a la terminal de cruceros.
Los collares eléctricos es una novela de un humor melancólico. Quizá porque solo con
mucho humor pueda sobrellevar el protagonista las dudas que lo acompañan:
¿Hasta qué punto somos conscientes de la auténtica realidad de la vida?, ¿quién
es el dueño de nuestro destino? Quizá las respuestas estén en el Polo.